jueves, 20 de enero de 2022

BILINGUISMO EN EL AUTISMO: UNA NUEVA LUZ

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del sábado 25 de setiembre de 2021. Todos los derechos reservados.

El Paraguay tiene por característica la mediterraneidad y el bilingüismo. Somos mediterráneos, una isla rodeada de tierra como decía Roa Bastos, y al respecto de ello no podemos hacer nada. Pero somos bilingües, y esta condición que no la ostentan muchos países en el mundo, podría pensarse que es un gran problema, sin embargo, para aquellos que tienen serios problemas de comunicación como las personas con trastorno del espectro autista (TEA). Y, en verdad, esto parece no ser así. 

Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) suelen presentar, como aspectos más frecuentes, alteraciones en la comunicación y el lenguaje. La ausencia del inicio del lenguaje, cuando por edad ya debería haber iniciado esta etapa, crea inquietud entre los padres. Este trastorno del neurodesarrollo acrecienta la preocupación entre los progenitores cuando el entorno del niño o niña con un diagnóstico TEA es bilingüe y les surgen las dudas de si es conveniente aprender dos idiomas de manera simultánea. Un estudio español realizó una revisión sistemática en el que recogía que el bilingüismo no supone ninguna dificultad adicional para el desarrollo de niños con este trastorno a partir de los tres años. Al contrario, el niño se beneficiará del aprendizaje y desarrollo que conllevan dos idiomas. 

Un entorno bilingüe/multilingüe puede tener un efecto positivo en habilidades cognitivas, metalingüísticas (para entender las reglas de cada lengua) y para aprender cómo comunicarse adecuadamente en cada situación. Además, aprender más de una lengua aporta flexibilidad; es decir, entender que las cosas no tienen una única forma de ser. Por ello, el bilingüismo puede favorecer la producción de respuestas más apropiadas con los distintos sentimientos y pensamientos de los demás. Además, contribuye a una percepción más adaptada en situaciones de rechazo social. Restringirse a utilizar un solo idioma no maximiza necesariamente el potencial de aprendizaje lingüístico o comunicativo cuando el niño o la niña se desarrolla en un entorno bilingüe. Es más, existen incluso estudios que han encontrado que los niños y niñas con TEA bilingües tienen el doble de probabilidades que los niños monolingües con TEA de usar gestos cuando se comunican, como, por ejemplo, señalar. Las personas con TEA pueden ser capaces de manejar y beneficiarse de escuchar más de un idioma en el mismo sentido que sus iguales: desarrollando mayor flexibilidad cognitiva y pensamiento crítico, mayores destrezas para la interacción social y mejores capacidades mentalistas. Incluso puede ofrecer ventajas para la lectura y la escritura. De hecho, los adultos con TEA bilingües manifiestan haber tenido una vida social más satisfactoria que los monolingües. 

Aprender lenguas a cualquier edad requiere poner en práctica recursos que aportan beneficios a nivel social y de calidad de vida. Y para quienes presentan TEA, puede ser una verdadera ayuda DE LA CABEZA. Nos leemos en una semana.


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