martes, 7 de mayo de 2019

CUANDO NUESTROS HIJOS NO DUERMEN


(Columna semanal DE LA CABEZA del diario La Nacion correspondiente al sabado 4 de mayo de 2019. Todos los derechos reservados.)

El siguiente articulo esta extraido de mi proximo libro CEREBRA LA EDUCACION que vera la luz en algunas semanas mas. Espero que les sirva, sobre todo a padres, docentes, y a todos los que tenemos pequeños insomnes en nuestras vidas.

"Dormir es morir un poco" decia mi mama Maribel que me dejo hace poco mas de dos años. Ella, devota del trabajo como nos inculcara a sus hijos, decia esto para que durmieramos poco y rindiesemos mas. Y creo que lo logro. Sin embargo, en este apartado pienso contarles lo contrario: lo mal que puede hacer en los estudiantes la falta adecuada de sueño. Y eso se percibe no solamente en el rendimiento intelectual, sino también en la conducta emocional de los individuos. Y, lo que, es más, en aspectos que en apariencia nada tendrían que ver con un descanso inapropiado, como el aumento de la obesidad o el pico de incidencia de trastornos de déficit de atención e hiperactividad cada vez más frecuentes. Aunque parezca difícil de creer.

Los problemas de sueño pueden causar cambios permanentes en la estructura cerebral del niño y que pueden ser irreparables. La mayoría de los padres cree que sus hijos duermen lo suficiente. Pero en realidad, la gran mayoría de ellos no duermen las 8 horas recomendadas por la salud para su beneficio. Y eso está demostrado con la práctica: si bien nosotros éramos lo bastante remolones para ir a la escuela en tiempos pasados, solo basta mirar a nuestros alumnos (los que somos docentes a cualquier nivel) para encontrar que hoy en día “se duermen” con muchísima más facilidad que antes. Las causas de la pérdida del sueño son muchísimo más variadas y complejas que la televisión o el WhatsApp o el YouTube en los teléfonos de niños y adolescentes. El exceso de actividades a los que sometemos a nuestros niños hoy en día, la cantidad de tarea que se trae para la casa de la escuela, la falta de horarios estrictos para dormir, los distractores presentes en las habitaciones, son toda una suma de importantes causales que contribuyen a que, hoy en día, y según estudios realizados, nuestros niños y jóvenes duerman en promedio sesenta minutos menos que hace treinta años. O sea, que nosotros mismos.

Un factor a no desdeñar y que pasamos por alto es la culpa: como los padres de hoy nos sumimos en el trabajo intenso que nos hace volver a casa a un horario mucho más extendido que antes, queremos compensar el tiempo diario que no estamos con nuestros hijos, alargando innecesariamente su jornada para mitigar nuestro sentimiento de culpa por no “verlos crecer” ni compartir sus actividades durante el día. Es por eso que no nos ponemos firmes a la hora de enviarlos a dormir, y el “solo por hoy” o “mañana ya crecerán y abandonarán el nido” son excusas que nos sirven para restarle horas al sueño que, lamentablemente, después les pasarán factura. El tiempo de sueño perdido en los niños tiene un efecto muchísimo más dañino que el que tiene en los adultos, donde una “resaca” no afecta en lo más mínimo. En los niños esto no es así.

Mucha de la problemática de los adolescentes puede atribuirse igualmente a la falta de sueño. Los cambios en el estado de ánimo, la depresión, o los atracones alimentarios, son síntomas que acompañan a la falta de sueño. Estudios sobre el sueño en la población escolar y secundaria se han hecho en muchísimos países a cargo de prestigiosas universidades. Estos estudios han encontrado que la perdida de sueño puede tener consecuencias madurativas cerebrales realmente terribles. Una pérdida de una hora de sueño equivale a la pérdida de dos años de maduración y desarrollo cognitivo. En mi casa, mis mellizos Nano y Joaco de cuatro años ya están escolarizados y hacen el nivel preescolar correspondiente a su edad. Todos los días, pase lo que pase, se acuestan invariablemente a las nueve y media de la noche, aun cuando tenian escolaridad por las tardes.

Bueno… no todos los días, porque… qué padre no deja que sus hijos queden despiertos hasta más tarde los viernes y los sábados, porque al día siguiente no tienen actividad escolar? Sorry, lamento comunicarles que estoy equivocado, como probablemente lo estén también ustedes: este simple cambio en la hora de ir a dormir los fines de semana tiene incluso un resultado negativo sobre los test de inteligencia de nuestros hijos. La ley del acostarse temprano no conoce de fines de semana. Los efectos de la deprivación de sueño sobre el rendimiento intelectual empeoran aún más en la etapa secundaria, donde la reducción del sueño en el adolescente es aún mayor por los múltiples distractores que se poseen. Los adolescentes que dormían menos, tenían rendimientos directamente proporcionales a sus horas de sueño: a menos horas de sueño, menor rendimiento objetivado en test de rendimiento intelectual.

Una pregunta que siempre emerge en estos casos es: es beneficioso que les diga que no es bueno, pero hay investigaciones que demostraron que dormirse con música podría aumentar la capacidad de memoria y facilitar el sueño. Eso sí, no dormirse con “Hells bells” de AC/DC o “Welcome to the jungle” de los Guns, sino hacerlo con sonidos a bajas intensidades, sincronizados con las oscilaciones de los ritmos de sueño medidas por un electroencefalógrafo. Un poco complejo para hacerlo en la casa, pero bueno, dormir con un poco de Mozart, Beethoven, Kítaro o Enya, estaría más que indicado.

Pero que pasa cuando no duermen bien por las noches? Diversos estudios nos han demostrado que los niños cansados no pueden recordar lo que aprendieron en el momento, ya que la capacidad de formar conexiones entre neuronas (conocía como plasticidad neuronal y de la cual también hablamos muchísimo en CEREBRA LA VIDA y en esta columna semanas atras) se encuentra absolutamente disminuida, por lo cual la posibilidad de formar sinapsis entre las neuronas (la base del conocimiento y la razón estructural de la memoria y el conocimiento), es absolutamente nula. La falta de sueño afecta la neuroplasticidad: a menos sueño, menos formación de sinapsis entre neuronas.

Sin embargo, no solo la capacidad de almacenamiento se ve afectada con la falta de sueño. Otro componente importante en el aprendizaje ve minada sus posibilidades de un normal funcionamiento y es la capacidad de atención. Cuando el alumno no duerme, la capacidad de los mecanismos corporales de extracción de glucosa de los alimentos, combustible exclusivo a su vez de las neuronas, se ve drásticamente disminuida, y con ello, el funcionamiento de las mismas. La parte del cerebro que más sufre la falta de glucosa en sangre es la corteza prefrontal. Cuando falta glucosa, las funciones de la corteza prefrontal se ven drásticamente afectadas. Estas funciones son las encargadas de ejecutar las acciones del individuo mediadas por la voluntad, por ello son conocidas como funciones ejecutivas . Estas funciones son las que atañen al funcionamiento cerebral relacionado a la obtención de resultados basados en cálculos o estrategias, la concatenación de pensamientos en pos de la consecución de objetivos, y la predicción de resultados basados en procedimientos operativos. O sea, lo que se dice: el cerebro queda disminuido en su posibilidad de planificar, pensar y medir la consecuencia de sus actos: queda inválido funcionalmente. Por eso, las personas que están cansadas tienen reflejos lentos, se hallan irritables porque “todo les sale mal”, les cuesta mucho más controlar sus impulsos, y están absolutamente desganadas para estudiar porque ello requiere consumir energía que no tiene el cerebro porque no procesa la suficiente glucosa para ello. Y como el cerebro es un gran ahorrador de energía, va a buscar algo más entretenido y de menor consumo energético para hacer que estudiar: jugar algún juego, ver televisión, acostarse a escuchar música, o, simplemente no hacer nada. Un cerebro cansado repite el mismo camino para obtener un resultado que ya se demostró errado porque “no le da el cuero” para desarrollar una solución creativa.

Dormir poco deja a nuestros niños DE LA CABEZA...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

LO QUE SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO DAMOS UNA BUENA CLASE

  Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todo...