lunes, 7 de marzo de 2022

LA MICROBIOTA INTESTINAL Y EL ESTADO DE ANIMO

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nacion del sábado 25 de febrero de 2022. Todos los derechos reservados.

Los científicos definen la microbiota como “el conjunto de los microorganismos (todas las bacterias, arqueas, eucariotas y virus) presentes en un entorno definido”. Como la microbiota varía según su entorno, a la microbiota situada en el tracto intestinal, por ejemplo, se la denominará microbiota intestinal. Por su parte, el término microbioma se emplea para designar a los microorganismos que se alojan dentro de nuestro cuerpo y sobre nuestro cuerpo (la microbiota). Las funciones de la microbiota intestinal son múltiples: nos defiende contra los microorganismos nocivos, enseña al sistema inmunitario a distinguir entre amigos y enemigos, degrada las toxinas, permite la digestión de ciertos alimentos (como las fibras alimentarias) que el hombre no puede digerir y produce moléculas importantes (ácidos grasos de cadena corta, por ejemplo) cuyos beneficios van más allá del intestino, facilita la absorción de minerales (magnesio, calcio y hierro), sintetiza ciertas vitaminas esenciales (vitamina K y folato [B9]) y aminoácidos

Pero hoy en día, sabemos tambien que la microbiota intestinal influye en el comportamiento. Investigaciones científicas ya sacaron a la luz una conexión entre intestino y cerebro en el pasado. Investigadores de la Universidad Católica de Lovaina (UCL), en Bélgica observaron que la mayoría de las bacterias intestinales humanas producen neurotransmisores, sustancias químicas como la dopamina y la serotonina que permiten a las neuronas (las células nerviosas del cerebro) comunicar entre ellas. Ya se sabe que estos neurotransmisores influyen en nuestro estado de ánimo y en nuestro comportamiento. Además, los científicos, bajo la dirección del microbiólogo Jeroen Raes, coautor del estudio publicado en Nature Microbiology, han descubierto que la microbiota intestinal de los pacientes con depresión carece de dos bacterias: Coprococcus y Dialister. 

Otro descubrimiento importante es que muchas de las demás diferencias observadas entre la microbiota de las personas depresivas y las no depresivas se deben a los antidepresivos. Han comprobado por ejemplo que los Lactobacilos, que según estudios previos estarían implicados en la comunicación entre cerebro e intestino, eran más numerosos en los sujetos depresivos no sometidos a un tratamiento antidepresivo. Pero si se les administraban antidepresivos, no se producía este incremento. El otro hallazgo relevante del estudio ha consistido en la identificación de varias familias de bacterias vinculadas a una mejor salud mental.

Mucho tenemos para estar DE LA CABEZA cuando hablamos del "cerebro intestinal". Hoy hablamos de la microbiota. Seguimos con el tema en otras entregas?


DOOMSCROOLING O EL RIESGO DE SOLO LEER MALAS NOTICIAS

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del sábado 19 de febrero de 2022. Todos los derechos reservados

Una de las secuelas sobre la salud mental que ha dejado la pandemia es el uso tal vez excesivo de contenido online al convertirse en la fuente principal de nuestra información, entretenimiento e interacción. Esta necesidad de consumir una gran cantidad de contenidos durante la mayor parte del día, toma un giro oscuro cuando la mayoría de la información que circula son malas noticias. Desde la cobertura de la pandemia, hasta la de problemas sociales cuyo punto de ebullición ha llegado, es prácticamente imposible que una gran mayoría de los contenidos que recibimos mientras recorremos internet sean negativos, estresantes o deprimentes. Sin embargo, debido a nuestros patrones de consumo de contenidos ya establecidos desde antes de la pandemia y la suma de estos eventos, continuamos desplazándonos a través de este cluster de noticias. A esto se le llama “doomscrolling” o “doomsurfing”, y podría estar afectando nuestra salud mental más de lo que nos percatamos. 

En una época de incertidumbre como la que vivimos actualmente, la información es uno de nuestros mecanismos más básicos de defensa. Estar informados nos hace sentir seguros, nos da las herramientas para saber cómo navegar una crisis. Pero el exceso de información sobre una situación negativa puede tener efectos psicológicos adversos, ya que la forma en la que la información es presentada y cómo la acceden los usuarios ha cambiado significativamente en los últimos 15 a 20 años y lo ha hecho en detrimento en la salud mental de las personas. Las noticias actualmente se vuelven cada vez más visuales e impresionantes, además de estar mucho más a la mano gracias a la existencia de los teléfonos celulares y las tabletas. Estar expuestos constantemente a este tipo de noticias puede ser una experiencia intensa y causar síntomas como estrés, problemas para dormir, humor voluble, comportamiento agresivo, depresión o hasta estrés post-traumático. 

Pero ¿por qué es tan difícil dejar de consumir estas noticias? Además de ser entretenido, el cerebro humano está diseñado para poner atención a noticias que nos asustan o nos agitan, a este principio se le llama sesgo negativo. El cerebro humano es naturalmente atraído a la información problemática porque está programado para detectar amenazas, no obviarlas, lo cual vuelve complicado ignorar las noticias negativas y ponerlas en pausa para buscar contenido positivo, nuestros cerebros están predispuestos, y la manera en que consumimos noticias lo refleja. 

¿Cómo dejar de hacer doomscrolling? No existe una única solución para detener por completo el problema del doomscrolling. Pero sí un conjunto de hábitos que podemos comenzar a aplicar para disminuir tanto el tiempo que pasamos consumiendo malas noticias como sus efectos. Iniciar y mantener conversación en redes en vez de solo consumir contenido puede ser de ayuda para reducir el estrés producido por las noticias negativas. Conversar y exteriorizar tanto preocupaciones como temas positivos en línea puede generar un sentimiento de acompañamiento, el cual puede ser un apoyo auxiliar para generar menos tensión al momento de navegar contenidos. Otra medida puede ser diversificar las aplicaciones y curar la calidad del contenido que se consume, tener aplicaciones que no se relacionen con contenido informativo, ser conscientes acerca de las horas que pasamos en línea y las actividades que realizamos, de forma que podamos poner límites al tiempo que pasamos en aplicaciones con contenido informativo. 

La prioridad de mantenernos informados es innegable, pero para mantener nuestra capacidad de pensamiento crítico y la estabilidad mental para superar un estado de crisis prolongado es necesario otorgarle al cuidado de la salud mental un lugar más alto en la escala de prioridades. Mantener hábitos de consumos de noticias más saludables, es sin duda, un buen primer paso. Porque, como siempre digo, la siguiente pandemia será la de la salud mental. Y eso es algo que nos tendrá DE LA CABEZA. Nos leemos en 7 días.

 

EL BESO Y EL CEREBRO

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del sábado 12 de febrero de 2022. Todos los derechos reservados.



Se acerca San Valentín y el cerebro lo sabe. Fecha de demostraciones de amor y… de muchos besos. Pero en realidad ¿qué producen los besos sobre el cerebro? ¿por qué besamos? Si queremos saber lo que realmente es un beso, no tendremos que recurrir al diccionario de la Real Academia Española para saberlo, ya que al decirnos que es la “acción y el efecto de besar” comete una injusta omisión de los verdaderos mecanismos del ósculo, que como habrán adivinado, también son cerebrales. De hecho, el mecanismo del beso y su justificación biológica es mucho más profunda que una simple herramienta del deseo o una llave sobre la cual se abre una puerta a la relación sexual. El cerebro tiene neuronas que ya “de fábrica” saben cómo besar y cuando hacerlo. Al beso le dan más importancia las mujeres que los hombres, y ello se explica naturalmente porque el cerebro femenino se halla más capacitado para cuidar la prole, y por ende, son ellas las encargadas de vigilar la descendencia. Por eso, el cerebro de ellas es el más selectivo a la hora de elegir pareja. Y es por eso que en algunos casos se le da tanta importancia al beso en las fases de selección de una pareja: porque demuestran afecto y detrás de ello, protección. Además, las mujeres en etapa más fértil de su ciclo mensual, dan más importancia al beso, ya que es una puerta al inicio del acto sexual, y además les sirven para ir aumentando en la fase de conocimiento e intimidad que tiene toda pareja en su historia evolutiva como tal. 

Un beso, por más simple que parezca, deja huella en nuestra memoria creando nuevos circuitos neuronales. Es más, nuestro cerebro viene con un GPS localizador de besos de fábrica: científicos de la Universidad de Princeton (USA) describieron ya en 1997 que el cerebro humano posee neuronas capaces de detectar la posición de los labios de la persona amada aún con los ojos cerrados o con la luz apagada. Qué tal?. No es una mentira decir que los besos van directamente al cerebro. De hecho, el mero roce de los labios con el de otra persona activa automáticamente una zona situada en el centro del cerebro, nuestro conocido sistema límbico, el gran regulador emocional, desde donde parten estímulos a la corteza cerebral o al tronco cerebral que regula los mecanismos basales de la respiración, el ritmo del corazón, la tensión arterial, el tono muscular, la producción de saliva, e incluso la producción hormonal mediante el hipotálamo. De hecho, esa sensación de “mariposas en el estómago” que se produce cuando se besa a alguien está causada porque al llegar el impulso del beso en forma de señal nerviosa al tronco cerebral, este, que tiene fibras en todo el sistema simpático y parasimpático de las vísceras abdominales, envía un impulso que recorre todos esos órganos, y es por ello que se siente esa hermosa y rara sensación que se reproduce incluso cuando se ve a la persona amada, sin necesidad de tocarla, pero imaginando sus besos. Incluso, hay gente (mucha por cierto) que describe que siente escalofríos cuando besa, que hasta no puede controlar, lo cual se explica por el mismo mecanismo que describí para las “mariposas en el estómago”. 

El beso también libera una verdadera catarata hormonal. Un ejemplo son las endorfinas que son los análogos naturales de la morfina producidas por el cerebro, y que al liberarse generan una sensación de bienestar, e incluso calman intensamente el dolor físico. A estas endorfinas se une la oxitocina (la hormona cerebral del apego y el contacto interpersonal) y la testosterona (relacionada al deseo sexual). Después de estas, es cuestión de milisegundos para que comiencen a liberarse la adrenalina y la noradrenalina que aumentarán la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, preparando al cuerpo para “entrar en acción” (frase usada aquí en el más peyorativo de los sentidos). Y también se libera un neurotransmisor llamado acido gamma-amino-butírico (GABA) que regula las respuestas de tranquilidad o relajación. La liberación hormonal y de neurotransmisores en el cerebro al momento del beso es tan importante, que de hecho al observar una pareja besándose por ejemplo en el cine, el cerebro libera dopamina, que es el neurotransmisor del placer. 

Incluso, el hecho de cerrar los ojos al momento de besarnos tiene su explicación cerebral. Esto sucede no solo porque al permanecer con los ojos abiertos tendríamos mayor posibilidad de que otros impulsos sensoriales interfieran en nuestras sensaciones, sino porque también al momento del beso se libera una sustancia llamada feniletilamina que es la precursora del enamoramiento, pero que produce dilatación pupilar, cerrándose los parpados en respuesta refleja a esta dilatación. Conoceremos más de la feniletilamina en este capitulo del cerebro enamorado. Además, debo decir que un beso intenso (así como una relación sexual de “alto voltaje”) pueden causar una dificultad visual transitoria (visión borrosa) debido a la liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) de manera brusca en el torrente sanguíneo. Incluso, el hecho de que giremos la cabeza en el momento del beso tiene que ver con nuestro desarrollo cerebral. El 65% de los humanos giramos (me incluyo) la cabeza a la derecha para besar, mientras que el 35% restante lo hace a la izquierda. Y esto tiene que ver con el desarrollo cerebral y lo que se conoce como lateralización cerebral en los primeros meses de vida. Ah, me olvidaba. Para que vean cuán importantes son los besos en el desarrollo humano, les cuento que los científicos de la Universidad de Pittsburg (EEUU) han descubierto que existe un gen llamado KISS-1 (o gen del beso) que, asociado a otro, inician los mecanismos que desencadenan la pubertad.


CLAVES DEL INSOMNIO

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación de los sábados 29 de enero y 6 de febrero de 2022. Todos los derechos reservados.

El no poder conciliar el sueño, el despertarse continuamente por las noches o la mala calidad de una noche de supuesto "descanso" son motivos recurrentes de visita a mi consultorio, mucho más acrecentado con los efectos de la pandemia y el aislamiento. Y es que el sueño no es tan sencillo como parece. No es solo acostarse, cerrar los ojos y dormir. Muchas veces no es la almohada, el somier o el ambiente. Muchas veces el dormir es un lujo que no todos pueden darse. 

Con los niveles de estrés disparados, nuestro organismo se altera y nuestro descanso es más bien un cansancio constante. Si ya te ocurría antes del confinamiento, sabrás muy bien a qué nos referimos, y si te ha comenzado a suceder tras este, es posible que estés buscando desesperadamente una solución al insomnio. Lo primero que debes saber sobre este es que, si se produce frecuentemente lo más adecuado es acudir a un especialista según las causas a las que responden este y otros síntomas que puedas sentir. En una noche de sueño normal, nuestra neurobiología alcanza un punto de inflexión entre las 3 y las 4 de la madrugada. Nos despertamos muchas veces cada noche. 

¿Qué supone este punto de inflexión? Que a partir de entonces, nuestro cuerpo comienza a prepararse anticipándose a la luz del día. La temperatura central del cuerpo comienza a subir, el impulso del sueño se reduce (porque el cerebro ya considera que hemos dormido mucho), la secreción de melatonina (la hormona del sueño) ha alcanzado su punto máximo y los niveles de cortisol (una hormona del estrés) aumentan, como si en nuestro interior existiera, efectivamente, un reloj, nuestra naturaleza predice el amanecer (también el anochecer) antes de que lleguen, y nos prepara ante la luz o la ausencia de esta. De hecho, nos despertamos muchas veces cada noche, sobre todo en la segunda mitad de la misma porque el sueño es más ligero entonces, y ahí está la clave: cuando el sueño nos va bien, simplemente no nos damos cuenta de estos despertares. 


Pero con un poco de estrés es muy probable que la vigilia se convierta en un estado de plena conciencia. Al entender la noche como el momento del sueño, despertarnos puede producir preocupación, y si esta llega cada noche, la desesperación por estar dormido puede hacer que la persona se despierte de un tirón ansiosamente cada vez que atraviesa una fase de sueño ligero. Por eso existe un fuerte vínculo entre el sueño y el estrés, la ansiedad y la depresión. Acudir al médico es así la mejor opción para comenzar a frenar esa espiral. Hay que tener en cuenta que de madrugada, los problemas no tienen solución. 

Nos estresamos a la madrugada. Estresarnos mientras pretendemos dormir a la madrugada tiene una lógica detrás del tipo de pensamientos con los que despertamos en mitad de la noche, cuestiones que en otro momento podríamos no plantearnos o resolver con más facilidad, pero que, en plena madrugada, no encontramos respuestas para ellas, lo que refuerza nuestra pelea interna con la idea de dormir. Nos quedamos solos en la oscuridad con nuestros pensamientos. Entonces, la mente tiene razón en parte cuando concluye que los problemas que ha generado son irresolubles porque, en ese momento, carecemos de recursos para salir airosos del diálogo interno, no tenemos ninguna de nuestras habilidades de afrontamiento de problemas. 

(no hablé ni hablaré de las patologías que cursan con trastornos del sueño como las apneas o las hipersomnias, eso requiere un abordaje más profundo y en otro contexto).

¿Qué te puedo aconsejar para vences al insomnio? Obviamente, la opción farmacológica de ninguna manera es la primera ni está entre las primeras elecciones. Hay diferentes técnicas que podemos poner en práctica. Una primera técnica consiste en concentrarse en la respiración propia y en nada más. Si esto no funciona, los tapones de oídos son grandes aliados porque nos aíslan de otros ruidos externos y nos permiten así escuchar cómo respiramos. Otra opción es la terapia cognitivo-conductual de la que podemos extraer algunos ejercicios básicos para buscar esa relajación. Eventualmente, si no funciona, podemos probar el leer.  (aunque recuerda que siempre es más conveniente un tratamiento específico en base a una evaluación del especialista): si pasa el tiempo y tu respiración no te calma, levántate, enciende una luz tenue y haz alguna actividad que no requiera mucho movimiento, como leer. 

La higiene del sueño juega un papel fundamental. Es un factor que casi todos olvidamos y consta de tips a veces muy obvios pero a los que ignoramos. Entre estos factores se incluyen el no consumir cafeina ni bebidas cola despues de las 5 de la tarde, realizar actividad fisica durante el día pero no realizar actividad física demandante despues de las 9 de la noche, no comer alimentos muy dulces o de difícil digestión con la cena, acostarse siempre a la misma hora todos los días al menos 5 de los 7 días de la semana, y cuando lo hacemos, apagar todas las luces incluyendo el celular, no ver televisión ni oír música, no dejar siquiera luces indirectas prendidas, buena ventilacion y temperatura adecuadas. Esta higiene del sueño es ignorada casi siempre y remplazada por fármacos.

Y si hablamos de los fármacos, NUNCA las benzodiacepinas (clonazepam, alprazolam, diazepam, etc.) son opciones para dormir. Es mejor iniciar con suplementos naturales como la melatonina, la valeriana, la passiflora, o la combinacion de ellos. Ultimamente, el derivado del cannabis CBD o Cannabidiol demostró ser un excelente coadyuvante del sueño sin efectos colaterales como otros medicamentos mal usados para combatir el insomnio. En siguiente grado están los medicamentos inductores al sueño como el zolpindem o la eszopiclona. Pero todos (ABSOLUTAMENTE TODOS) indicados por profesional médico especialista con tratamiento de los trastornos del sueño.

Como vemos, el insomnio es un tema que, literalmente, nos saca el sueño dejándonos DE LA CABEZA. Nos leemos en 7 días. Dulces sueños!!!


LO QUE SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO DAMOS UNA BUENA CLASE

  Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todo...