miércoles, 24 de mayo de 2017

COMO SE COMPORTA EL CEREBRO DEL MENTIROSO?


Engañar, falsificar o en este caso estafar, es un comportamiento complejo, no existe un centro de la mentira sino múltiples áreas cerebrales que interactúan. Cada tipo de mentira requiere su propio conjunto de procesos neuronales.

Tanto Giorgio Ganis y Stephen Kosslyn de la Universidad de Harvard, como el prestigioso investigador Vrij, han constatado que las mentiras requieren de la activación de distintas partes del cerebro y altas dosis de concentración. Mentir y estafar, de hecho, es un proceso muy complicado: la persona tiene que maquinarla, recordar los detalles de la mentira, saber quién está estafando, cómo lo esta estafando, recordar cómo era el engaño, buscarse una nueva identidad y ocultar la suya, no incurrir en errores, estar preparado por si su víctima no muerde el anzuelo etc. Por este motivo se activan el lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el sistema límbico y lo hacen en mayor medida que cuando decimos la verdad. Es fácilmente entendible ya que el lóbulo frontal es el responsable de procesos cognitivos complejos que llamamos funciones ejecutivas (elegir, tomar decisiones voluntarias y conscientes, buscar una meta, tener motivación, buscar solución si la meta no se consigue etc). Las principales funciones que residen en el lóbulo temporal tienen que ver con la memoria y el lenguaje. Finalmente el sistema límbico es el centro de los instintos y de las pulsiones: memoria involuntaria, el hambre, la atención, los instintos sexuales, las emociones (por ejemplo placer, miedo, agresividad), la personalidad y la conducta.

Muchos científicos han demostrado el papel esencial que juega una parte del cerebro a la hora de seleccionar lo que esta bien y lo que esta mal. En estudios con mentirosos patológicos, mediante el procedimiento de la resonancia magnética, se ha comprobado que éstos tienen en el lóbulo frontal una reducción de su sustancia gris y un aumento de la sustancia blanca en comparación a los controles normales. La sustancia blanca está compuesta por fibras, serían ‘los cables de la computadora’. La sustancia gris seria como ‘el disco duro’; los mentirosos patológicos estudiados resultaron tener un 22% más de materia blanca. Mas sustancia blanca permite a los mentirosos dominar con maestría el engaño. El hecho de tener mas materia blanca proporcionaria a los mentirosos las herramientas necesarias para dominar el complejo arte del estafa y la mentira.

Justo por lo que estábamos comentando antes, estafar requiere esfuerzo. La toma de decisiones morales se lleva a cabo en la sustancia gris del lóbulo prefrontal. Los mentirosos compulsivos tienen un 14% menos de materia gris, que ayuda a mantener el impulso de estar bajo control, lo que significa que se preocupan menos por los aspectos morales, son menos capaces de procesar este tipo de pensamientos. También hay estudios interesantes que subrayan el papel fundamental de la corteza prefrontal ventromedial y dorsolateral a la hora de hacer juicios morales. Cuando se realiza un juicio que implica un conflicto se activan ambas zonas. En este caso: emgaño y estafo a una persona y le hago daño, pero me llevo dinero. La persona con lesiones en estas zonas manifiestan juicios morales de tipo utilitario y no son capaces de generar una respuesta emocional normal ante un agravio, sino que se fijan solo en el resultado de éste. Conocemos el hecho de que esta región es importante para los juicios morales porque se han analizado pacientes con estas lesiones y experimentan menos emociones sociales, como la compasión, la vergüenza y la culpa, en cambio conservan intacta la inteligencia, el razonamiento lógico y el conocimiento de las normas sociales. Esta falta de empatía lleva a elegir caminos no del todo morales.

En otras entregas les cuento mas acerca del cerebro de los mentirosos... interesante verdad?

martes, 23 de mayo de 2017

CEREBRANDO LA VIDA en Santa Cruz de la Sierra


Gracias Santa Cruz de la Sierra por CEREBRAR LA VIDA...!!! Cuatro charlas que se transformaron en seis y muchisimos nuevos amigos...!!! Nos vemos pronto...!!! #SoyCambaPorEleccion

miércoles, 3 de mayo de 2017

SINESTESIA: CUANDO LAS PALABRAS HUELEN Y LOS COLORES SE OYEN


Esta alteración de la percepción se caracteriza por una comunicación anómala entre diferentes áreas del cerebro

PEDRO GARGANTILLA 30/04/2017

Frank Listz se enfadaba con sus músicos porque tocaban “demasiado rosa” cuando lo que procedía era tocar “un poco más azul”.

Hay personas que oyen colores, ven sonidos, saborean números, huelen palabras o simplemente perciben sensaciones gustativas al tocar un objeto. Estas personas ni se encuentran enfermas ni están bajo los influjos de las drogas, simplemente son sinestésicas.

La sinestesia es una alteración de la percepción que afecta, aproximadamente, al 1% de la población y que se caracteriza por una comunicación anómala entre diferentes áreas del cerebro. Las personas con sinestesia experimentan sensaciones de un determinado sentido (por ejemplo, la vista) cuando se estimula otro (por ejemplo, el gusto). Esta anomalía perceptiva vendría a representar lo que vulgarmente se denomina un “cruce de cables”.

La sinestesia se debe a una alteración en el proceso de maduración cerebral. Al nacer, según algunos científicos, todos somos sinestésicos, porque todas nuestras neuronas están conectadas entre sí. Cuando el cerebro comienza a desarrollarse, los vínculos interneuronales se inhiben y los canales de procesamiento de la información sensorial se van separando poco a poco. Sin embargo, en las personas sinestésicas estas conexiones no se eliminan y su cerebro sigue un desarrollo diferente, pero no patológico.

Los investigadores han descubierto que la génesis de la sinestesia se encuentra en la herencia genética, debido a que existen familias en las que es frecuente. Los genes serían los responsables finales de que el proceso de maduración de la conectividad cerebral sea diferente. Lo que todavía se desconoce es el mecanismo genético común a los diferentes tipos de sinestesia, responsable de que la estimulación de un sentido desencadena una percepción que no le es propia.

El poeta francés Arthur Rimbaud publicó en 1883 un soneto que empezaba con el siguiente verso: “A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales”. Una apología de la forma de sinestesia más frecuente, la llamada grafema-color. Consiste, básicamente, en ver los números y determinadas palabras con un determinado color, con independencia del tono en el que esté impreso. Además de esta forma se calcula que existen otros 80 tipos diferentes.

La segunda variante más frecuente es aquella en la que los sonidos se perciben como colores, es lo que se denomina sinestesia musical. El compositor Frank Liszt sufría este tipo de anomalía, razón por la cual se enfadaba con su orquesta cuando tocaban “demasiado rosa” en aquellos momentos en los que correspondía era tocar “un poco más azul”. Nos podemos imaginar la cara de asombro del resto de los músicos, que no eran sinestésicos, ante tales peticiones.

Otros tipos más raros son las sinestesias palabra-sabor, tiempo-color o la personificación de los grafemas. Es posible que la sinestesia pudiese explicar algunos de los fenómenos descritos como “paranormales”, en donde algunas personas perciben el aura de otras.

A pesar de lo fascinante y desconocido, la sinestesia es una forma diferente de percibir la realidad, no es ni buena ni mala, y responde a un fenómeno de unión de sensaciones. Por este motivo, no debe sorprendernos que exista una estrecha relación entre arte y sinestesia. Las personas con un mayor nivel de percepción tienen potenciada su creatividad, lo cual no implica necesariamente que la producción artística sea de mayor calidad.

Entre los sinestésicos famosos, además de los ya citados, tenemos a Marcel Proust, Charles Baudelaire, Richard Wagner, Wassily Kandinsky o Alexander Scrabin.

Para finalizar, todo aquel que quiera sentirse sinestésico por unos momentos no tiene más que ver el comienzo de la película “Fantasía” de Walt Disney, en donde se recrea una sinestesia musical.

LO QUE SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO DAMOS UNA BUENA CLASE

  Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todo...