miércoles, 1 de junio de 2022

EL TAMAÑO NO ES LO IMPORTANTE

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del sábado 16 de abril de 2022. Todos los derechos reservados.

Y no estamos hablando de sexo. Ese es tema de otra columna algún otro sábado prohibido para menores. Pero hablar de ese tema es algo que, en las neurociencias clásicas siempre ha suscitado una discusión: ¿el tamaño es necesario para una mayor inteligencia?. 

Hoy sabemos algo: un cerebro más grande no es, de ninguna manera, sinónimo de una mayor inteligencia. Y es que en la época de la prehistoria, la arqueología nos demuestra que la evolución no siempre fue acompañada de un aumento en el tamaño del cerebro. De hecho, el hecho de que el hombre comenzara a utilizar herramientas para la cacería o la labranza no aumentó el tamaño de su cerebro. Lo que podría haber aumentado el tamaño del cerebro es la aparición del lenguaje, lo cual podría haber provocado un aumento de tamaño de las zonas involucradas en la comprensión y la articulación del lenguaje. Pero esto no sucedió. Es más, los homo sapiens que habitaban el África hace 200.000 años pasaron 150.000 años haciendo las mismas cosas evolutivamente hablando y tenían el mismo tamaño cerebral que nosotros tenemos actualmente. 

El gran salto evolutivo de la mente humana, entonces, no se dio por un cambio en el tamaño del cerebro, sino por un reaprovechamiento de los conocimientos para un mejor vivir. Así, desarrollaron la capacidad de sintaxis para poder desarrollar un lenguaje con más frases largas, además de la posibilidad de efectuar planificaciones de acciones por etapas, algo que les produjo satisfacciones en cuanto a los logros en supervivencia. Además de eso, desarrollaron otras habilidades cerebrales como las cadenas de lógica, los juegos con reglas determinadas, y la afición por descubrir pautas escondidas, como las que se dan en los puzles o rompecabezas. Esto condujo al cerebro humano a los niveles de conciencia contemplativa, es decir, la capacidad de reflexionar para extraer ideas más elaboradas y menos primarias. Pero si los científicos decían que un cerebro más grande no era sinónimo de una mayor inteligencia, también se pusieron de acuerdo en que un cerebro pequeño no significaba tampoco una mayor capacidad mental. De hecho, si el tamaño del cerebro determinara la inteligencia, entonces los seres más inteligentes del mundo serían la ballena azul y el elefante, cuyos cerebros pesan 7,8 y 4,7 kilos respectivamente. Y no lo son. 

Entonces, dónde está el quid de la cuestión? Sencillo: el secreto está en la proporción del tamaño del cerebro con el resto del cuerpo. Nuestro cerebro pesa alrededor de 1.400 gramos, es decir, un 2% de nuestro peso corporal, pero el cerebro de los elefantes pesa 4,7 kilos representando solamente un 0,01% de su peso corporal. Y eso se comprueba con los simios: los chimpancés, cuyo cerebro pesa 350 gramos, son más inteligentes que los gorilas cuyo cerebro pesa 430 gramos, porque sus masas corporales son menores comparándolas con estos. Concluyo entonces recordándoles que el problema no está en el peso, sino en la arquitectura, es decir, en la manera en que nuestras sinapsis se ordenan dentro de nuestro cerebro. El tamaño en el cerebro, entonces, no es lo importante. Lo que realmente nos coloca DE LA CABEZA es la forma de conectarse y no cuanto tengamos, algo que repetimos siempre en esta columna: más inteligencia es mayor conectividad... cerebral. Nos vemos en una semana.




LA EDAD ESTA EN EL CEREBRO

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del sábado 9 de abril de 2022. Todos los derechos reservados. 

El secreto de la eterna juventud no está en la fuente que buscaban en América del Norte los conquistadores españoles, ni en las visitas constantes a los cirujanos plásticos o en los hectolitros de toxina botulínica que corre desde las ávidas jeringuillas de los esteticistas a las hipodermis de los pacientes que buscan burlar al calendario. Ese secreto está en el cerebro. Y es que somos la edad que tiene nuestro cerebro. Ello está más que demostrado en estudios y en la propia vida diaria. 

Pero dentro de estas premisas, sabemos que la alimentación y los buenos hábitos de vida juegan un rol importante en este hecho. Ya en 1713 en Japón, el científico Ekiken Ikebara tenía a la dieta como una razón de longevidad cerebral, siendo él mismo una prueba fehaciente de sus hallazgos: murió a los 84 años, en aquel entonces una edad muy por encima de la media de vida de la población japonesa. Otro japonés, el Dr. Schin-Ichiro Imai, quien lidera un grupo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, ha identificado que existe un gen específico relacionado a la detención del deterioro del cerebro, y que dio en llamar SIRT1, y a su proteína producida, la sirtulina. Esta proteína además se relaciona con la longevidad. Está presente en las dietas bajas en calorías. Y este hecho se ve de manera curiosa pero dolorosa en situaciones como las que vivió Cuba con el bloqueo económico al que fue sometida: en el momento en que disminuyó la ingesta calórica por las restricciones dadas por la propia situación política y que influyeron en la economía de las importaciones de alimentos, disminuyeron algunas de las enfermedades cardiovasculares y aumentó la longevidad. El mecanismo de acción del gen SIRT1 y su proteína producida,a la sirtulina, es sorprendente. 

Esta proteína estimula zonas del hipotálamo para que incremente su actividad neuronal, y como respuesta a ésta, se produzcan cambios en el músculo esquelético que de esta manera adquiere más vigor y longevidad. Incluso, ratones de laboratorio de 12 meses de edad (equivalente a 70 años de vida en humanos) se mostraban tan activos como los de 5 meses de edad, y su estructura muscular era similar a la de los ratones mucho más jóvenes. Sorprendente, no? Todos tenemos este gen SIRT1, pero su expresión (es decir, la capacidad que tenga de producir o no la sirtulina en cada caso en particular) en cada individuo se relaciona a su carga genética, la alimentación, la exposición solar, etc. Así comprendemos porque existen familias cuyos integrantes son más longevos que el promedio de los habitantes y porque la alimentación baja en calorías estimula la expresión de este gen, al igual que la exposición al sol. Una sobreexposición a esta proteína en el cerebro o una disminución de la ingesta calórica producen en laboratorio el mismo efecto: el aumento de la longevidad cerebral y general, el equivalente en hombres a 7 años más de vida y en mujeres a 12. Además, los roedores con más sirtulina lograron sueño de mejor calidad y, como vimos, estructura muscular más consistente, además de una disminución notable en la aparición de enfermedades relacionadas con la edad avanzada como el cáncer. 

La fantasía de lograr mayor longevidad cerebral ya está instalada y con muy buenas bases científicas. Como el envejecimiento del hipotálamo y algunas de sus regiones particularmente es el que está relacionado con el envejecimiento general del cerebro, el hecho de poder manipular esos núcleos cerebrales es el punto hacia donde se dirigen ahora las investigaciones que quizás, quién sabe, en algunos años nos permitan vivir más y mejor. Vivir más es, definitivamente, una cuestión DE LA CABEZA. Nos leemos en una semana.



LA AFASIA DE BRUCE

Articulo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nacion del sabado 2 de abril de 2022. Todos los derechos reservados.

No es una enfermedad nueva. Simplemente la llamo asi para que podamos hablar hoy de lo que hace que después de cuatro décadas y más de 60 películas, la familia del querido actor Bruce Willis de 67 años ha comunicado que este se retira de las pantallas para siempre por padecer de algo que le impide seguir su labor dentro del cine.

La afasia es un trastorno que impide a la persona que lo sufre que se pueda comunicar. Puede afectar la capacidad de hablar, escribir y comprender el lenguaje tanto verbal como escrito. No es una enfermedad, es un síntoma de que se ha producido una lesión en el cerebro y las causas pueden ser diversas. En ocasiones, esta alteración del lenguaje puede ser transitoria (como puede ocurrir en pacientes con epilepsia, con migraña con aura o con ataques isquémicos transitorios), en otras persisten mientras se manifieste la enfermedad (ictus, infecciones -como por ejemplo una encefalitis- o un tumor cerebral) y en otras forman parte de una enfermedad neurodegenerativa, como en la afasia primaria progresiva, que es un síndrome clínico asociado a demencias como la enfermedad de Alzheimer o la demencia frontotemporal. No obstante, las principales causas de la afasia son: haber sufrido un ictus, un traumatismo craneoencefálico, una infección (como por ejemplo una encefalitis), un tumor cerebral, o algún tipo de enfermedad neurodegenerativa (como por ejemplo Parkinson o algún tipo de demencia, como Alzheimer).  Según la zona del cerebro dañada, el paciente manifestará diversos errores en los distintos componentes del lenguaje: expresión, comprensión, repetición, lectura y escritura. Los pacientes pueden cometer errores constantes en el uso de las palabras, como emitir sonidos incorrectos. Mientras conversan, además, podrían escoger palabras que al unirse no tienen sentido. Lo mismo podría ocurrir cuando redactan o interpretan el mensaje de otra persona. 

Luego de que la afasia es diagnosticada por un médico, el tratamiento común es la terapia de lenguaje. Este tratamiento podría ser individual o grupal, en persona o a través de un computador, pero siempre liderado por un terapeuta del habla. La terapia de la afasia tiene como objetivo mejorar la capacidad de la persona para comunicarse, ayudándola a usar las habilidades del lenguaje que le quedan, recuperar la capacidad para hablar lo más posible, y aprender otras formas de comunicación, tales como gestos, imágenes o el uso de dispositivos electrónicos. 

Pero el caso de Bruce no parece ser solamente un trastorno del lenguaje. Según sus compañeros de rodaje, la salud del actor se venia deteriorando desde hace varios años, haciendo necesario que lo suplanten dobles o lo hagan actuar enmascarado o con una “cucaracha” en el oído, que son esos auriculares por donde pasan letra o apuntes a quienes están en pantalla. Todo parecería indicar que la afasia sería producida por una enfermedad neurodegenerativa, que en estos casos se denomina afasia progresiva, en la cual el paciente va empeorando progresivamente a medida que avance su enfermedad. Este tipo de afasia puede ser el modo de presentación de diversas enfermedades neurodegenerativas, y a diferencia de otras causas que producen afasia de forma repentina, en estos casos los síntomas comienzan gradualmente y el trastorno del lenguaje es el síntoma más destacado. Otra posibilidad es que padezca la llamada afasia progresiva primaria que es un síndrome neurodegenerativo caracterizado por un deterioro progresivo del lenguaje, mientras que, inicialmente, el resto de funciones cognitivas están preservadas. 

En cualquiera de los casos, nos sirve para echar una mirada sobre patologías que podrían ser prevenibles en gran medida: manteniendo los factores de riesgo bajo control, estos son hipertensión arterial, trastornos metabólicos como dislipidemias o aumentos de los niveles de colesterol, triglicéridos y acidos grasos en sangre, diabetes, tabaquismo, sedentarismo. Todos son absolutamente prevenibles y diagnosticables a tiempo en las consultas con los médicos clínicos de cabecera quienes indicaran cuando es necesario consultar con un especialista. La salud es algo que siempre nos debe tener DE LA CABEZA: prevencion y deteccin temprana. Nos leemos en 7 dias. 

MAFALDA TENIA RAZON

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del diario La Nación del sábado 25 de marzo de 2022. Todos los derechos reservados.

Cuando de gustos se trata, los niños siempre nos recuerdan a Mafalda, el entrañable personaje de Quino, quien odiaba dos cosas en su vida: las injusticias… y la sopa. La eterna lucha de las madres para que sus hijos pequeños consuman sopas, caldos o verduras en cualquiera de sus formas es una realidad que pocas madres desconocen. Pero esto no es todo: los niños también toman las comidas como un terreno de experimentación personal, donde de nada sirven las amenazas o los retos cuando se trata de elegir comida “saludable pero no rica” o cuando se les pide que no coman con las manos. ¿Por qué sucede esto? La próxima vez que sus hijos intenten hacer un berrinche a la hora de comer, tengan en cuenta que sus sistemas nerviosos, aún en desarrollo, replican simplemente lo que durante toda la evolución ha hecho el hombre para seleccionar su alimento. ¿Qué hacía el homo sapiens para esto? Lo probaba, despreciando lo amargo y ácido de las hierbas que recolectaba (y que aún hoy persiste en la memoria de los humanos en las verduras levemente amargas) a cambio de lo dulce, graso y proteico, que le garantizaba no solo una alimentación que le serviría, sino también el evitar alimentos que podían envenenarlo. Lo manoseaba, buscándole espinas, semillas, o cualquier elemento que pudiera dañarle el paladar o el tubo digestivo al deglutirlo. Esta predisposición genética aseguraba la sobrevivencia hace miles de años, y como vemos, aún continúan influyendo en nuestro comportamiento. ¿Quién de nosotros de niño no se quedó pensativo ante un plato de verdes hojas, e incluso (como en mi caso) aceptó soportar estoicamente cualquier castigo para no comérselas? Eso que nuestros padres consideraban un signo de rebeldía, no es más que un rechazo inconsciente asociado a estímulos que heredamos desde nuestros antecesores en la tierra. 

 Por todas estas razones de explicación genética es que los niños de hoy prefieren hundir sus narices en la hamburguesa “Mac King” más grande (que dicho sea de paso, nunca es como la de la foto), y que no son otra cosa que una bomba calórica sin sentido, pero que miles de años atrás le aseguraba la energía necesaria para poder huir de un tigre o pasar horas enteras al acecho de sus presas sin comer. Por eso, desarrollaron una serie de premisas que heredamos en la impronta genética: comer alimentos que garanticen la supervivencia, ricos en energía y de preferencia dulces, comer los alimentos conocidos y evitar los amargos, probar solo una porción si se desconoce el alimento, comer solo lo que los progenitores, hermanos y entorno saborean, y evitar los alimentos que hayan dañado alguna vez la digestión. ¿Le parece esto conocido? Claro que sí: lo hacemos desde que nacimos. El hecho de comer rápido es algo que mi esposa también me critica ácidamente. Pese a que me encantan los menús por pasos (esos donde te sirven quinientos platos con una microscópica porción de comida en cada uno) donde saboreo gustoso cada uno de ellos, sin embargo soy de los que comen rápido. Cuando ella lea este párrafo, se dará cuenta de que cuando como apurado, solo le hago caso a mi impronta genética, ya que el hombre de antaño debía engullir lo más rápido posible su comida aprovechando los momentos de tranquilidad, ya que no sabía cuánto podrían durar estos hasta que apareciera el siguiente tigre del cual huir. Las cadenas de comida rápida conocen de memoria nuestra impronta genética respecto a la alimentación, por eso nos ofrecen menús rápidos de alto contenido calórico que se consumen muchas veces “de a pie” o “de paso”, y de preferencia respecto a lo que se conoce como “comida saludable”. Bueno, no hay que ir muy lejos: de allí el nombre de “fast food”. 

Hoy sabemos que Mafalda tenía razón. No nos gusta lo que sabemos que no es calórico y es amargo, porque nuestra memoria genética lo toma como no útil. Por eso, hasta para comer estamos DE LA CABEZA, porque todo tiene su explicación en el apasionante mundo de las Neurociencias. Nos leemos en siete días. 

LA NEUROCOMUNICACION EFICAZ DE ZELENSKY

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al sábado 19 de marzo de 2023. Todos los derechos reservados.


Domina las pantallas, los monitores, las portadas de diarios y noticieros. Su imagen, aunque luzca una descolorida remera verde militar, siempre es cuidada. Sus planos siempre frescos. Juega con su imagen que (lo sabe) es agradable visualmente... y es que viene de los medios, jugó literalmente con ellos y en ellos, y ganó, no solo un concurso, sino la propia presidencia de su país como aquella lejana telenovela ucraniana que lo catapultó a la fama. Es el personaje del 2022 sin lugar a dudas. Es Volodimir Zelenski, quien habla en ucraniano a su pueblo y en el lenguaje universal de la comunicación precisa y asertiva al resto del mundo. Y nos hace (como si faltara algún motivo racional para hacerlo) empatizar aún más con la agresión sufrida por su más sufrido pueblo. 

No es convencional. Usa un iPhone 13 Pro y evita absolutamente el uso de marcas chinas. Se ha centrado y ha logrado construir una imagen de ejemplaridad, contundencia y fortaleza en la defensa de la democracia, la libertad y la soberanía ucraniana. configurando muy acertadamente su imagen de líder, ese que ejerce influencia para incentivar a los miembros de un grupo a alcanzar un objetivo común. Las claves del presidente ucraniano a la hora de configurar su estrategia de comunicación política y liderazgo en un contexto de guerra son la ejemplaridad, la valentía, la cercanía y la empatía, factores neuropolíticos y neurocomunicacionales que el cerebro humano aprecia de sobremanera, principalmente en condiciones adversas como la que vive su pueblo ahora. Zelenski se vale de su formación como guionista y actor para manejar la comunicación y la proyección de su imagen como líder de una manera hábil y efectiva, contraponiendose a la odiosa imagen autoritaria y bruta de su rival no buscado, un hombre que quiere parecer de hielo pero que termina derritiéndose en el fuego comunicacional de su propia censura que le juega absolutamente en contra en un mundo globalizado y diametralmente opuesto a la cortina de hierro que se empecina en volver a bajar más de 30 años después de que fuera no alzada sino destruida... pero que el parece no haberse enterado .

Zelenski basa su mensaje en la autenticidad y el manejo de los tiempos. Sorprendió con un cinematográfico video del antes y el después de su país al Congreso de los Estados Unidos en su comparescencia. Juega como outsider de la política que escribe y actúa sus propios guiones en un escenario que el no determina pero al cual se adapta maravillosamente bien porque entiende como funciona la comunicación de crisis y maneja el mensaje directo a la emocionalidad del cerebro de sus compatriotas. Igualmente, se muestra valiente en la primera línea de combate, sin abandonar su país y exhibiéndose en medios que otros políticos desprecian: sus redes sociales como su Instagram son particularmente activos y lo muestran conectado y presente. 

Un claro ejemplo de como maneja los hilos de la comunicación lo da en su atuendo. En las horas previas a que se desatara la guerra, su último discurso antes de iniciar la invasión, lo pronuncia de traje y corbata, con la bandera de Ucrania detrás. Y el primer discurso que hace en guerra lo hace vestido ya de soldado. El mensaje es claro: estamos en guerra y yo soy soldado, no mariscal sino uno más. Y se saca fotos en los monumentos y junto a la gente, a soldados o a su gabinete. Incluso, en la rueda de prensa no usa atril y se rodea de la gente, acercandose en su silla a los periodistas. Su mensaje es el de un país unido que el muestra con actitudes, imágenes y gestos que el cerebro lo interpreta bastante bien. Muestra una proximidad burdamente contrastante con la imagen de un Putin lejano a sus propios colaboradores con una mesa ridículamente grande y una humillación pública a su propia mano derecha. Zelenski se muestra como víctima y Putin se muestra como victimario. Y los dos hacen su papel a propósito, demostrando quien entiende de neurocomunicación y quien está atrapado en su propia patología egocéntrica, cada vez más solo, con asesores que le asesoran solo lo que el quiere oir como asesoría.

Putin tendrá los tanques y los cohetes. Pero Zelenski tiene su Instagram, su Tiktok y su Twitter. El oso ruso tiene la fuerza. El actor ucraniano maneja los hilos de la comunicacion asertiva y del lenguaje que el cerebro entiende. Y al final, las guerras las ganan los más inteligentes, no siempre los más fuertes. Seguimos DE LA CABEZA en una semana.



El papel de liderazgo que está desempeñando Volodímir Zelenski en el cataclismo de Rusia y Ucrania primero despertó sorpresa, convertida ahora para muchos en admiración. Su extraordinaria capacidad de comunicación política es aplaudida, incluso por rivales. Algunos la atribuyen a su formación como actor y comediante, pero su talento y experiencia profesional no es la causa, es el instrumento. La fuente de su fuerza está en su convicción del profundo poder de la comunicación. Su planteamiento comunicativo responde con claridad a la lógica branding, cuyas claves principales desentraño en este análisis. Por eso, además, la clave no es que sea actor, pues el actor interpreta las historias creadas por otros, sino que ha sido guionista, que es el creador de historias, y ha sido productor, que es el que sabe apostar por las historias que conectan bien con el público. La lógica ‘branding’ Manténgase informado por $8.250 al mes Realice un único pago de $99.000 por 12 meses *Aplican T y C Suscríbase ahora La lógica branding no es principalmente comunicación. Pertenece a la esfera del marketing. Es primariamente una manera de entenderse, desde un proceso de autocomprensión –aplicable tanto a la esfera personal como la corporativa–, de llegar al cogollo de las razones más básicas que mueven a actuar. Se trata de llegar al porqué, que retrata magistralmente Simon Sinek en su ensayo La clave es el porqué. Ese porqué es el centro de la identidad. Entendida la identidad, se conectan los valores principales que la configuran. Una vez que se tiene configurado el mapa, ya se puede hablar de comunicación: ¿cómo hacer para que conozcan nuestra identidad, nuestro porqué? Se puede dar a conocer el propósito, pero es más accesible desplegarlo desde los valores que lo conforman. El objetivo es, pues, conseguir que el público al que nos dirigimos nos asocie con ese conjunto de valores propios que le permiten identificarnos y diferenciarnos, incluso cuando lo que producimos es parecido a otros. Hacerlo por la vía directa, contando al mundo nuestros valores, es empalagoso; hacerlo desde el producto no se puede muchas veces, porque el producto no contiene valores. ¿Qué queda? Vías indirectas. Casi todas ellas bailan alrededor de la misma idea: contar historias, contar cuentos. Porque los cuentos son básicamente contenedores de valores. Los cuentos de siempre nos traen moralejas, los cuentos clásicos lo son porque traen valiosas moralejas. Los peatones cruzan una calle frente a una valla publicitaria que muestra el símbolo "Z" con los colores de la cinta de San Jorge y un lema que dice: "No nos damos por vencidos con nuestro pueblo", en apoyo de las fuerzas armadas rusas, en San Petersburgo, 7 de marzo de 2022 (Foto por AFP) ¿Qué significa la letra “Z” escrita en tanques rusos y por qué se ha convertido en símbolo de apoyo a la guerra? Este es el reino propio de la comunicación en lógica branding: contar historias, con un propósito diáfano: mostrar nuestros valores y conectar con los oyentes a través de los valores. Esos cuentos pueden ser relatos, imágenes o gestos simbólicos. La comunicación en lógica ‘branding’ tiene bastante de paradójica: está llamada a ser aburrida y cansina, porque siempre se debe articular alrededor de los mismos valores; pero en la práctica es rica y sorpresiva, porque descansa en la creatividad de las infinitas historias que podemos construir alrededor de esa colección de valores. Steve Jobs mostró en una sesión interna con sus altos ejecutivos para la presentación de la mítica campaña Think Different una profunda comprensión de la lógica branding, aunque no la menciona porque el término no estaba acuñado. Zelenski, maestro creador de relatos La comunicación de crisis de Volodímir Zelenski está trufada de relatos, imágenes y gestos. Es comunicación en lógica branding pura, aunque probablemente Zelenski no la haya planteado intelectualmente como tal, como tampoco lo hizo Jobs. Pero ambos la manejan con y por convicción, con claridad y con maestría. Por lo presentado, se entiende que la comunicación por relatos no es en sí branding. Para que forme parte de ese ecosistema es su fundamentación la que debe ser branding: debe estar basada y ser la manifestación de una identidad clara arropada por valores específicos. Lo es en el caso de Zelenski. Los ejes de la insospechada candidatura presidencial del actor Zelenski están claramente articulados alrededor de un propósito: la transformación de la sociedad, la política y la economía ucraniana para desarraigar la cultura endémica de la corrupción. Tal como se desprende de su discurso inaugural, la propuesta europeísta se integra como parte de ese proyecto de transformación social. Por eso también, de modo tan coherente como sorprendente, su campaña no se centró en el antagonismo con Rusia, tema central inevitable y recurrente en todas las candidaturas ganadoras hasta entonces. Plantear ese propósito como eje de la campaña y de la acción presidencial puede verse como algo brumoso, genérico y simplista. Así fue tildado en general por los analistas que se acercaron en 2019 a explicar la sorprendente victoria masiva de Zelenski, con el 73 % de los votos en segunda vuelta. Sin embargo, si el propósito es claro, pero sobre todo auténtico, da solidez y guía, como ocurre en todas las organizaciones que nacen con un propósito real. Y es efectivamente simplicidad, pero no simplismo. De nuevo el corazón es la identidad y el propósito, el despliegue es comunicarlo creando historias. Y es ahí donde Zelenski está demostrando una maestría incuestionable, de la que es sin duda deudora su pasado profesional. Como decíamos, principalmente como guionista, que le da la capacidad de crear historias que atrapen. Su discurso inaugural estaba cargado de imágenes creadoras de relatos fuertes: Las mujeres sostienen una bandera ucraniana cerca de las instituciones europeas durante una manifestación llamada "Las mujeres están con Ucrania" contra la operación militar de Rusia en Ucrania como parte del Día Internacional de la Mujer en Bruselas, el 8 de marzo de 2022. Kenzo TRIBOUILLARD / AFP Ucrania y el papel de las mujeres durante la guerra “Cada uno de nosotros es el presidente ahora. No solo el 73 % de los ucranianos que votaron por mí. Todos, el 100 %. No es mía, es nuestra victoria común. Y es nuestra oportunidad común por la que asumimos una responsabilidad compartida. Y ahora no fui solo yo quien hizo el juramento. Cada uno de nosotros, cada uno de nosotros, puso una mano en la Constitución, y cada uno de nosotros ha jurado lealtad a Ucrania (…) Sí, hemos elegido una dirección (política) hacia Europa, pero Europa no está en algún lugar allí, está aquí (señala su cabeza). Y cuando Europa esté aquí (nuevamente señala su cabeza), vendrá a nuestro país. Este es nuestro sueño compartido”. Son llamadas a la acción con reminiscencias claras del discurso inaugural de J. F. Kennedy en 1961. El presidente ucraniano ante la invasión Tener el propósito claro no sólo permite guionizar con gran facilidad el discurso; es también aliado fundamental para la toma de las decisiones estratégicas, tácticas y de gestión. Cuando llega la fase de crisis, la lógica branding activa las respuestas, porque la identidad da consistencia y coherencia a la acción. Y aunque la emergencia del líder carismático desde el inicio del choque frontal con Rusia haya sorprendido a propios y extraños, es fruto natural de ese arraigo en el propósito y la convicción en el poder de la comunicación. Era sorprendente ver que, en medio de la fase de la agudización de la crisis con el choque dialéctico entre Rusia y Estados Unidos, la voz de Zelenski pedía rebajar la tensión. Sorprendente, pero consistente con sus principios presidenciales. El despliegue comunicativo de Zelenski desde el momento de la invasión ha sido simplemente asombroso. Todas sus intervenciones han generado rédito para su causa. La primera y fundamental, para convencer a su pueblo de un imposible para hacerlo posible: resistir al invasor para ganarle. Para ello ha vuelto a los principios y las imágenes de su inicio presidencial: “Si vosotros sois presidentes de Ucrania como yo, yo soy soldado al servicio de Ucrania como vosotros”. Y, por lo tanto, se muestra y actúa como un soldado, y no como un mariscal. Hace la locura de vestirse como soldado raso, sin más uniforme ni condecoraciones ni protección. Actúa como soldado, compartiendo mesa y rancho con soldados. Actúa como soldado, evitando formalismos y barreras en las ruedas de prensa. Y actúa finalmente como soldado heroico, cuando anuncia que vienen a por él y no sabe si sobrevivirá a la noche, pero que seguirá en Kiev. Y da la ya mítica respuesta a la lógica propuesta táctica de los aliados para evacuarle y darle refugio: “Give me ammunition, not a ride”. Que el presidente se presente y actúe como soldado en grado heroico es la más potente llamada a la acción para su pueblo. ¿Ha sido la comunicación en lógica branding de Zelenski la que ha conseguido que el ejército y la población hayan opuesto resistencia al poderoso invasor, contra los planes esperados por los rusos? No sé en qué medida, pero seguro que para millones de ellos sí, que a su vez han despertado a los conformados o dubitativos. Es una crisis en la que su líder ha desempeñado realmente un papel determinante en el devenir de la primera fase de la invasión, sin duda alguna. Sí, esta estrategia de comunicación parece simple, pero es tremendamente poderosa. ¿Y la comunicación populista? Comparte semejanzas por el uso que hace del relato, aunque tiene fundamentos totalmente dispares. Pero eso es materia para otro análisis.

LAS COMPRAS EMOCIONALES

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al sábado 12 de marzo de 2022. Todos los derechos reservados.

Lo veo. Me seduce desde la foto en la pantalla o desde la imagen en la television. Los colores, las formas, el entorno, me hacen construir mentalmente la idea de que lo tengo en mis manos. Pienso en como me verían los demás cuando lo tengo y deseo alcanzarlo lo más rápido posible. Me fijo en el costo y ostenta un seductor aviso de "Oferta" con un numero no redondo sino terminado en 9 y casi siempre en cuotas "livianas" aunque largas. No importa. Lo deseo desde que lo ví. Y lo compro.

Notarán que no me referí a ningún objeto o artículo en particular. Puede ser un consumible, una bebida, un electrodoméstico, algún artilugio informático o electrónico, lo que sea: el comun denominador es que, indefectiblemente, activa en nosotros el deseo irreprimible de adquirirlo, de tenerlo, sin importar el precio y lo que venga despues, el como pagarlo. Esas son las COMPRAS EMOCIONALES, las que hacemos motivados solo por el simple deseo de tener algo mediante un sutil engaño de nuestro sistema cerebral que es el que nos ha mantenido vivos hasta ahora pero que, si no dominamos, tambien nos puede llevar a la perdicion. Este sistema, conocido como sistema de recompensa cerebral o vía dopaminérgica (llamado así por el neurotransmisor que utiliza, la dopamina) en realidad es más de búsqueda que de recompensa, ya que nos mueve en un frenesí descontrolado de consecución de un fin o un objeto (conocido en Neurociencias como "fase apetitiva") hasta que lo conseguimos ("fase consecutiva"), momento en el cual, como por arte de magia, deja de funcionar: la dopamina cae en su produccion y en su accion voraz. 

El sistema dopaminérgico nos mantuvo vivos. Es el que nos impulsaba a buscar comida, a crear, a innovar para progresar. Es el que nos mueve un lunes de mañana pensando en el fin de semana. Es el que nos mantiene trabajando cuando pensamos en la remuneración justa para nuestra supervivencia. Pero también, lamentablemente, es el mismo que se activa cuando se consumen drogas, se juega a la ruleta, se consume alcohol o tabaco, se busca desesperadamente "likes" en las publicaciones de redes o incluso, en la comida o en los videojuegos de los niños y adolescentes. Siempre igual: dopamina para buscar, caída al encontrarlo y sensacion de insuficiencia. Por eso siempre digo que el cerebro es absolutamente inconformista: nunca está satisfecho (gracias evolucion por esto!) y aunque esto es beneficioso para la especie, puede ser nocivo para la salud.

¿Cómo controlar estas compras emocionales, mi sistema dopaminérgico, mi deseo de más? Sencillo: usando la razón aunque parezca dificil. Puedo emocionarme observando lo que me seduce desde el (neuro)marketing pero respondiendo a las preguntas primero: ¿me es realmente necesario? ¿lo podré pagar? ¿puedo vivir sin él o con otro elemento similar pero de diferente precio? Suena dificil pero no lo es si ponemos en practica estrategias simples como este simple consejo: para no caer en las garras del consumismo, por ejemplo, cuando vas al supermercado, nunca vayas con hambre sino recién comido (por eso siempre digo que la mejor hora para ir al supermercado de compras es despues del almuerzo o de un buen desayuno): así no comprarás con hambre ni con necesidad.

El ejemplo vale para todo en la vida: no comprar "con hambre emocional", desde lo que me falta (o creo que me falta) sino desde lo realmente útil. No comprar sin pensar, pensar antes de desembolsar es la mejor estrategia para saber comprar, sin caer en las necesidades emocionales que casi nunca se llenan con compras materiales. Nos leemos la semana que viene para seguir DE LA CABEZA.

LO QUE SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO DAMOS UNA BUENA CLASE

  Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todo...