Hace varias décadas que los científicos habían observado que alrededor del 80% de las mujeres (tambien se observó en primates e incluso ultimamente en canguros y hasta morsas), independientemente de si son diestras o zurdas, utilizan el brazo izquierdo para acunar a sus retoños. Sin embargo, no fue hasta hace unos años cuando se empezó a dar sentido a este comportamiento instintivo. Y es que existe una sustancia llamada oxitocina (que describo con mucho detalle en mi libro CEREBRA LA VIDA) que favorece el carácter sociable de la madre.
El primero en sugerir una explicación fue el psicólogo estadounidense Lee Salk, que propuso que los latidos del corazón materno eran la causa de tales preferencias. Aunque su teoría estuvo extendida durante un tiempo, estudios posteriores demostraron que, tanto para el feto como para el recién nacido, el sonido predilecto era la voz de su madre, y que los sonidos cardíacos no parecían tener mayor trascendencia.
La hipótesis más fiable llegaba de manos de Victoria Bourne y Brenda Todd, de la Universidad inglesa de Sussex. Estas investigadoras atribuyen la costumbre a un sofisticado proceso en el que están implicados los hemisferios cerebrales de madre e hijo. Así, cuando un niño es acunado en el lado izquierdo de la madre, sus reacciones –llanto, risa, bostezo…– llegan directamente al hemisferio cerebral derecho materno, que es donde se reconocen los gestos emocionales y las expresiones faciales. En consecuencia, se refuerza la relación porque la madre tiene un acceso más rápido e intuitivo a las necesidades del niño.
Si no hay contacto visual, o no es correcto, no hay activación del hemisferio derecho del cerebro del niño…el hemisferio derecho es el responsable de las interacciones sociales. Todas las especies estudiadas demostraron la tendencia lateral. Se sugiere que esta tendencia está aún más extendida y puede ser característica de todos los mamíferos, con pocas excepciones. Se estudiaron 11 especies diferentes de mamíferos, fijándose en aquellas en las que el bebé y la madre viajan de forma paralela. De esta forma se dieron cuenta del lado del cuerpo que los ejemplares jóvenes prefieren seguir. Encontraron una fuerte preferencia por mantenerse al lado izquierdo de su madre. Esto, afirman los investigadores, puede significar de nuevo, que estén estimulando el hemisferio derecho de su cerebro.
Bibliografia recomendada
When left means right: an explanation of the left cradling bias in terms of right hemisphere specializations. Bourne VJ, Todd BK. Development Science. 2004 Feb;7(1):19-24.
Lateralization of mother–infant interactions in a diverse range of mammal species Karina Karenina, Andrey Giljov, Janeane Ingram, Victoria J. Rowntree & Yegor Malashichev Nature Ecology & Evolution 1, Article number: 0030 (2017) doi:10.1038/s41559-016-0030
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