martes, 12 de diciembre de 2023

LO QUE SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO DAMOS UNA BUENA CLASE

 

Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todos los derechos reservados.

Siempre me gusta comparar al inicio de un nuevo grupo de enseñanza con un bloque de piedra sin trabajar, del cual debo intentar sacar la mejor obra escultórica que pudiese, Dentro de ese bloque sin formas está escondida la imagen de un Moisés o un David, y depende de mí y nadie más el poder sacar de esa piedra la obra oculta con mucho trabajo y dedicación. Eso es, en síntesis poética, el enseñar a cualquier alumno en cualquier nivel de la docencia. Y para eso, es imperioso dar buenas clases, buenas sesiones de orientación, donde paso de ser transmisor de conocimientos a gestor de los mismos, determinando que es pertinente, correcto y necesario para que el alumno pueda desarrollar capacidades. Una verdadera reformulación de la labor del docente.

Cuando un estudiante recibe una buena clase y realmente aprende, ocurren diversos procesos en su cerebro que contribuyen a la percepción de estímulos, la incorporación de conocimientos a la memoria, la activación de la neuroplasticidad y la consolidación de lo aprendido durante el sueño. El cerebro del estudiante se encuentra constantemente procesando información de su entorno. Durante una clase, los estímulos sensoriales, como las palabras del profesor, las imágenes visuales o los sonidos, son procesados por diferentes regiones del cerebro. Las áreas sensoriales, como la corteza visual y auditiva, se activan para procesar esta información y enviarla a otras áreas involucradas en el aprendizaje y la memoria. Cuando el estudiante recibe información nueva, su cerebro trabaja para procesarla y almacenarla en la memoria a largo plazo. Las regiones clave en este proceso son el hipocampo y la corteza cerebral. El hipocampo ayuda a consolidar los recuerdos a corto plazo en memoria a largo plazo, mientras que la corteza cerebral almacena y organiza la información de manera más permanente. La atención y la concentración también juegan un papel importante en este proceso, ya que ayudan al estudiante a enfocarse en la información relevante y descartar distracciones. 

Es importante también hablar del verdadero cambio en el cerebro cuando se enseña: la neuroplasticidad, que se refiere a la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a través de la formación y fortalecimiento de las conexiones neuronales. Durante una buena clase, el cerebro del estudiante se activa en diferentes áreas relacionadas con el aprendizaje, como la corteza prefrontal, el lóbulo parietal y el lóbulo temporal. Estas regiones trabajan en conjunto para procesar la información y fortalecer las conexiones neuronales relevantes. Cuanto más se practica y se repasa la información aprendida, más fuertes se vuelven estas conexiones, lo que facilita la retención a largo plazo del conocimiento adquirido. En ese tren de cosas, diversas regiones del cerebro se activan durante una clase donde se aprende de manera efectiva: la corteza prefrontal, involucrada en la planificación, el razonamiento y la toma de decisiones, se activa para procesar la información nueva y establecer conexiones con los conocimientos previos, el lóbulo parietal, encargado de la percepción espacial y la atención, está implicado en el procesamiento de información visual y auditiva durante la clase. Además, el lóbulo temporal, asociado con la memoria y el reconocimiento de patrones, ayuda a almacenar los conceptos aprendidos en la memoria a largo plazo. 

Pero el aprendizaje de una buena clase no termina aquí. Después de una buena clase, un buen sueño desempeña un papel importante en la consolidación de lo aprendido. Durante el sueño, el cerebro refuerza y organiza la información adquirida durante el día. Se han identificado patrones de actividad cerebral durante el sueño que están relacionados con la consolidación y el fortalecimiento de las conexiones neuronales importantes para el aprendizaje. Dormir lo suficiente y tener un sueño de calidad ayuda a potenciar la retención de lo aprendido y mejora el rendimiento académico. 

En resumen, cuando un estudiante recibe una buena clase y realmente aprende, su cerebro percibe los estímulos sensoriales, incorpora los conocimientos a la memoria a largo plazo, activa la neuroplasticidad en áreas cerebrales relacionadas con el aprendizaje, utiliza distintas zonas del cerebro para procesar la información y beneficia la consolidación del aprendizaje a través de un buen sueño. Estos procesos trabajan en conjunto para promover un aprendizaje efectivo y duradero. ¿Entienden por qué la docencia es algo DE LA CABEZA? Nos leemos en una semana...!!!

martes, 29 de agosto de 2023

CUANDO EL PROBLEMA ES LA ATENCIÓN

 

Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación del domingo 20 de agosto de 2023. Todos los derechos reservados.

Uno de los dramas tanto en padres como en educadores consiste en los problemas relacionados con el sostenimiento de la atención, factor más que importante en el proceso de aprendizaje a cualquier nivel. Este sistema atencional no siempre es perfecto, y cuando falla, consiste en el defecto principal nada más y nada menos que de la puerta de entrada del conocimiento al cerebro humano. 

La atención dispersa y el síndrome de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) son trastornos neuropsiquiátricos que afectan principalmente la capacidad de una persona para mantener la atención, controlar la impulsividad y regular el comportamiento. El TDAH se caracteriza por una combinación de síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. La inatención se manifiesta como dificultad para prestar atención a los detalles, falta de organización, tendencia a perder cosas y dificultad para seguir instrucciones. La hiperactividad se refiere a un nivel excesivo de actividad física e inquietud, mientras que la impulsividad se manifiesta como dificultad para esperar el turno, interrumpir o responder antes de pensar. Las causas exactas del TDAH y la atención dispersa no están completamente comprendidas, pero se cree que involucran una combinación de factores genéticos y ambientales. Las diferencias en las funciones y la conectividad de ciertas regiones del cerebro, como el lóbulo frontal y el sistema de recompensa, también se han asociado con el TDAH. 

Pero ¿cómo lo tratamos?. El abordaje terapéutico del TDAH puede incluir una combinación de terapia conductual, intervenciones psicoeducativas y, en algunos casos, medicación. La terapia conductual puede ayudar a mejorar las habilidades de atención, autogestión y autorregulación. Las intervenciones psicoeducativas pueden ayudar a los individuos a entender su condición, aprender estrategias de afrontamiento y mejorar su funcionamiento en el entorno escolar o laboral. En cuanto a la medicación, los estimulantes como el metilfenidato y la anfetamina son los más comúnmente recetados para el TDAH. Estos medicamentos pueden ayudar a mejorar la concentración y reducir la hiperactividad e impulsividad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la medicación no es la única opción de tratamiento y que debe ser administrada bajo la supervisión de un profesional de la salud. 

El pronóstico del TDAH puede variar según la gravedad de los síntomas y la eficacia del tratamiento. Con un diagnóstico adecuado y un manejo adecuado, muchas personas con TDAH pueden aprender a controlar sus síntomas y tener un funcionamiento satisfactorio en la vida diaria. En niños, el enfoque terapéutico del TDAH suele implicar intervenciones en el entorno escolar y la participación de padres y maestros. Se pueden implementar adaptaciones educativas y técnicas de modificación de conducta para ayudar al niño a desarrollar habilidades de autorregulación. En adultos, el enfoque terapéutico puede incluir terapia individual para abordar los desafíos emocionales y de relación asociados con el TDAH. También se pueden utilizar estrategias de organización y gestión del tiempo para ayudar a mejorar la productividad y el funcionamiento en el trabajo o en la vida personal. 

Es importante destacar que el TDAH es un trastorno crónico y que el tratamiento puede necesitar ajustarse a lo largo del tiempo según las necesidades individuales. Un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de la salud mental, educadores y otros especialistas puede ser beneficioso para el manejo integral de la condición. Al fin y al cabo, es algo DE LA CABEZA que requiere abordarlo desde múltiples aristas. Nos leemos en una semana.

LA NEUROCOCINA

 

Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación del domingo 27 de agosto de 2023. Todos los derechos reservados.

Siempre se los digo: las Neurociencias se introducen cada vez más en todas las disciplinas del día a día. Y la alimentación no sería la excepción, mucho más tomando en cuenta que mediante los nutrientes correctamente elegidos, la salud cerebral tiende a ser óptima como veremos. Desde ese punto de vista, encontramos a la neurococina, una perspectiva de alimentación que busca promover la salud cerebral a través de la selección adecuada de nutrientes y alimentos. Se basa en la idea de que una buena alimentación tiene un impacto positivo en la función cognitiva, la memoria y el estado de ánimo. La dieta neurosaludable se compone principalmente de alimentos ricos en nutrientes que son beneficiosos para la salud cerebral. 

Algunos de los principales alimentos a incluir en una dieta neurosaludable son: 

- Pescado graso: como el salmón, el atún y las sardinas, que son ricos en ácidos grasos omega-3, que son esenciales para el desarrollo y funcionamiento adecuado del cerebro. 
- Frutas y verduras: especialmente aquellas de colores intensos, como las bayas, las espinacas, el brócoli y las zanahorias, que contienen antioxidantes y vitaminas necesarias para proteger el cerebro del daño oxidativo y promover la salud cerebral. 
- Frutos secos y semillas: como las nueces, las almendras y las semillas de chía, que son una excelente fuente de vitamina E y ácidos grasos omega-3, que pueden mejorar la función cerebral y reducir el deterioro cognitivo. 
- Cereales integrales: como la avena, el trigo integral y el arroz integral, que son ricos en fibra y liberan energía de manera sostenida, lo que ayuda a mantener el cerebro activo y con un buen rendimiento. 
- Legumbres: como los garbanzos, las lentejas y los frijoles, que son una fuente importante de proteínas vegetales, fibra y vitaminas del grupo B, que participan en la producción de neurotransmisores y en la función cerebral. 
- Aceite de oliva: rico en antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados, puede tener efectos positivos en la salud cerebral y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. 
- Huevos: son una fuente de proteínas de alta calidad y nutrientes importantes para el cerebro, como colina, vitamina B12 y ácidos grasos omega-3. 
- Chocolate negro: con un alto contenido de cacao, puede mejorar el flujo sanguíneo cerebral y brindar antioxidantes beneficiosos para la salud cerebral. 
- Té verde: contiene compuestos antioxidantes y catequinas, que pueden promover un envejecimiento saludable del cerebro. 
-Yogur y alimentos fermentados: como el yogur natural y el chucrut, que son ricos en probióticos que pueden tener efectos beneficiosos en la salud intestinal, lo que se ha asociado con una mejor salud cerebral. 

Pero ¿qué hago con estos alimentos? ¿Cómo los combino? Yo no soy Euge Aquino o Colaso Bó, pero puedo sugerirte algunos platos neurosaludables desde las mismas raíces de la neurococina. Puede ser:
- Salmón a la parrilla con ensalada de espinacas y aguacate. 
- Ensalada de arándanos con nueces y semillas. 
- Omelette de espinacas y champiñones con pan integral tostado. 
- Pechugas de pollo a la plancha con puré de brócoli y zanahorias. 
- Ensalada de garbanzos con tomate, pepino y aceite de oliva. 
- Tazón de avena con frutos secos, semillas y banana en rodajas. 
- Ensalada de lentejas con verduras asadas y aderezo de yogur. 
- Tortilla española con papas, cebolla y aceite de oliva. 
- Pan integral tostado con aguacate, huevo poché y tomate. 
- Batido de arándanos con yogur natural y semillas de chía. 

Estos platos contienen ingredientes neurosaludable que brindan nutrientes esenciales para el cerebro y promueven la salud cerebral en general. Alimentarse también es algo DE LA CABEZA pero también debemos hacerlo PARA LA CABEZA. Nos leemos en una semana.

ALIMENTANDO AL CEREBRO

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del domingo 4 de junio de 2023. Todos los derechos reservados.

Somos lo que comemos. Nunca mejor aforismo aplicado al cerebro. Pero cuando preguntan cuáles alimentos son los más beneficiosos para el cerebro, nos toca recurrir a nuestros excelentes amigos nutricionistas para que nos cuenten qué regímenes son los más saludables para poder tener un cerebro sano, joven y permanentemente activo.

En primer lugar, hablamos de la famosa Dieta Mediterránea. La dieta mediterránea se ha asociado con una serie de beneficios para la salud, incluida la protección cerebral. Esta dieta se basa en alimentos como frutas, verduras, pescado, legumbres, nueces, semillas, granos enteros y aceite de oliva. Es rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, que pueden ayudar a proteger las células cerebrales y promover la salud cognitiva. Dentro del marco de buenas costumbres alimentarias para el cerebro también consideramos el consumo de grasas saludables, ya que incorporarlas a la dieta es esencial para el funcionamiento óptimo del cerebro. Estas grasas saludables se encuentran en aguacates, nueces, semillas, aceite de oliva, pescado graso (como el salmón, la trucha y las sardinas) y aceite de pescado. Estas grasas contienen ácidos grasos omega-3 y omega-6, que se han asociado con beneficios para la salud cerebral y la memoria. 

Son famosos en los regímenes alimentarios saludables los antioxidantes, ya que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres. Alimentos ricos en antioxidantes incluyen frutas y verduras de colores brillantes, como bayas, uvas, espinacas, brócoli, tomates y té verde. Estos alimentos pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y promover la salud cerebral. Igualmente, incluir vitaminas y minerales, ya que algunos nutrientes específicos han demostrado tener beneficios para la salud cerebral y la memoria. Estos incluyen las vitaminas del grupo B (como la vitamina B12, la vitamina B6 y el ácido fólico), la vitamina E, el magnesio y el zinc. Puedes obtener estas vitaminas y minerales de una variedad de alimentos, como vegetales de hojas verdes, frutos secos, legumbres, pescado, huevos y productos lácteos. 

Sin embargo, así como todo en la vida, también tenemos los alimentos que dañan al cerebro y lo hacen de manera bastante severa. Las grasas saturadas, presentes en alimentos como carnes grasas, lácteos enteros, mantequilla y alimentos fritos, pueden aumentar los niveles de colesterol y contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ya que un flujo sanguíneo deficiente puede afectar la función cerebral y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo. Igualmente, el consumo excesivo de azúcar refinado, presente en dulces, refrescos, pasteles y otros productos procesados, se ha asociado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Además, un alto consumo de azúcar puede afectar la función cognitiva y la memoria. 

Pero hay más grasas dañinas. Las grasas trans, presentes en alimentos fritos, comida rápida, productos horneados y margarinas endurecidas, son especialmente perjudiciales para la salud cerebral. Estas grasas pueden aumentar los niveles de colesterol LDL (colesterol "malo") y disminuir los niveles de colesterol HDL (colesterol "bueno"), lo que puede provocar inflamación y daño oxidativo en el cerebro. Por último, no puedo dejar de citar lo nocivo que es el consumo excesivo de sal, ya que puede contribuir a la hipertensión arterial, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y dañar los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. La hipertensión también se ha relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Ah perdón, no me puedo olvidar que el consumo excesivo de alcohol puede dañar el cerebro a largo plazo, causando daño cerebral, disminución de la función cognitiva, deterioro de la memoria y mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer. 

La alimentación también es una cuestion DE LA CABEZA y para la cabeza. ¿Nos leemos la próxima?

FOBIAS

 

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del domingo 28 de mayo de 2023. Todos los derechos reservados.

Hay miedos y miedos, causas y causas, algunas hasta llamativas. Pero cuando se salen de control hablamos de las fobias. Son trastornos de ansiedad caracterizados por un miedo intenso, irracional y persistente hacia un objeto, situación o actividad específica. Algunas de las fobias más comunes incluyen a la acrofobia (miedo a las alturas), la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), la aracnofobia (miedo a las arañas), la agorafobia (miedo a los espacios abiertos o situaciones difíciles de escapar), la hematofobia (miedo a la sangre o a las heridas) la aerofobia o aviofobia (miedo a volar en avión), la increiblemente diseminada coulrofobia (miedo a los payasos) y la cinofobia (miedo a los perros). 

Cuando una fobia se activa, se desencadenan respuestas físicas y emocionales en el cerebro y el cuerpo. El sistema límbico, que incluye la amígdala, juega un papel fundamental en el procesamiento del miedo y la ansiedad. La amígdala, una estructura en forma de almendra ubicada en el cerebro de la que tantas veces habláramos como interviniente en las emociones, es responsable de la respuesta de "lucha o huida" y puede activarse de forma excesiva en las fobias. Además de la amígdala, otras áreas cerebrales también están involucradas en las fobias, tal es el caso del córtex prefrontal, encargado del razonamiento y la toma de decisiones que puede influir en cómo se interpretan y se manejan los miedos. También se ha encontrado que el hipocampo, relacionado con la memoria y el aprendizaje, desempeña un papel en la adquisición y el mantenimiento de las fobias. 

Aparte de las fobias comunes ya descritas, también existen algunas fobias raras que pueden resultar sorprendentes. Estas incluyen la hexakosioihexekontahexafobia (si, asi de dificil, es el increible miedo al número 666), la pogonofobia (miedo a las barbas), la ablutofobia (miedo a lavarse o bañarse), la nomofobia (miedo a estar sin un teléfono móvil), la increible coulrofobia inversa (si, es cierto, es el miedo a las personas que no usan maquillaje de payaso), la linonofobia (miedo a las cuerdas). la eufobia (miedo a dar respuestas a preguntas) y la quilofobia (miedo a los labios). 

El tratamiento de las fobias generalmente se realiza a través de enfoques terapéuticos efectivos. Algunos de los tratamientos más comunes incluyen: 

- Terapia de exposición: Es una forma de terapia cognitivo-conductual (TCC) en la que gradualmente se expone a la persona a la fuente de su miedo o fobia. 

- Terapia cognitiva: Se centra en identificar y cambiar los pensamientos negativos o distorsionados relacionados con la fobia. 

- Técnicas de relajación y manejo del estrés: El aprendizaje de técnicas de relajación, como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva o la meditación, puede ayudar a reducir los niveles generales de ansiedad y el malestar asociado a la fobia. 

- Terapia de desensibilización: Similar a la terapia de exposición, la terapia de desensibilización implica exponer gradualmente a la persona a la fuente del miedo mientras se le proporcionan técnicas de relajación para reducir la ansiedad. 

- Medicación: En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad asociados con las fobias. Los medicamentos pueden incluir antidepresivos, ansiolíticos o betabloqueantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los medicamentos no curan la fobia, sino que pueden aliviar los síntomas mientras se realiza la terapia. 

Es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado- Las fobias son, sin lugar a dudas, unas de las afecciones DE LA CABEZA más comunes. Nos leemos en una semana. 

jueves, 18 de mayo de 2023

EL CEREBRO EN EL CUARTO OSCURO

 

Se acerca el dia D en la hora H en que cada uno en la virtual "tranquilidad" del más que "virtual" "cuarto oscuro" (que en realidad es un apartado en un lugar abierto generalmente) emita la decisión sobre quiénes regirán los destinos del país en los próximos cinco años. Momento protagónico si lo hay en la construcción de realidades, que nos avala a exigir o no en la medida que hayamos ejercido el derecho/obligación de votar. Pero eso no es precisamente lo que quiero abordar en esta columna, sino intentar comentarles lo que hace el cerebro en ese preciso momento de votar.

La mente humana puede comportarse de diversas maneras en el momento de emitir un voto en una elección, ya que esta decisión puede estar influenciada por múltiples factores, como las creencias políticas, la identificación con un partido, la percepción de los candidatos, las promesas electorales, la información previa, entre otros. En general, cuando una persona emite un voto en una elección, su mente puede experimentar diversas emociones, como la satisfacción por haber ejercido su derecho democrático, la incertidumbre por no saber cuál candidato o partido es el mejor, la preocupación por las consecuencias de su elección, entre otras. Además, el proceso de decisión en el momento de votar puede estar influenciado por la razón y la emoción. Por ejemplo, una persona puede decidir su voto basándose en una evaluación racional de las propuestas políticas y la trayectoria de los candidatos, o bien, puede dejarse llevar por la emoción que le genera un discurso o una figura política en particular. El comportemiento de la mente humana en el preciso momento de emitir un voto en una elección puede ser muy complejo y estar influido por diferentes factores cognitivos, emocionales y sociales.

El proceso de emisión de un voto en una elección involucra múltiples áreas del cerebro y depende de varios factores, como las emociones, la educación, la cultura, la personalidad y las experiencias previas del votante. Algunos de los procesos cerebrales involucrados en la emisión de un voto son: 

- Procesamiento de información: El cerebro procesa información sobre los candidatos, sus propuestas y su imagen pública. Esta información es recibida a través de diversos medios, como la televisión, la radio, Internet y las conversaciones con otras personas. El cerebro procesa esta información y la utiliza para formar una opinión sobre los candidatos. 

- Emociones: Las emociones también juegan un papel importante en la emisión de un voto. El cerebro procesa las emociones que los candidatos evocan en el votante, como la empatía, el miedo o la confianza. Estas emociones pueden influir en la decisión del votante. 

- Toma de decisiones: El cerebro utiliza la información y las emociones para tomar una decisión. El proceso de toma de decisiones implica la activación de varias áreas del cerebro, como la corteza prefrontal, el hipocampo y la amígdala. 

- Motivación: La motivación también puede influir en la emisión de un voto. El cerebro puede estar motivado por diversos factores, como la búsqueda de un cambio, la lealtad a un partido político o la satisfacción de necesidades personales o sociales. 

En resumen, el proceso de emisión de un voto implica la integración de información, emociones, motivaciones y toma de decisiones en el cerebro del votante. Este proceso puede ser influenciado por factores internos y externos y es un fenómeno complejo que puede variar de persona a persona. Y evidentemente, es un tema DE LA CABEZA. La misma que debemos usar para elegir el candidato que en los próximos cinco años nos haga realmente sentir que vamos a estar mejor. Nos leemos en siete días.

LAS NEUROCIENCIAS EN LA POLITICA

Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del 26 de marzo de 2023 del Diario La Nación. Todos los derechos reservados.

Se acercan días cruciales en el país, cuando vamos a elegir quienes nos guiarán en los próximos cinco años. Y es importante (aunque parezca redundancia) recordar que las elecciones son cosa DE LA CABEZA, donde el cerebro es el culpable de que elijamos bien o mal. Por eso es importante tener en cuenta que en la política (la palabra fea que empieza con p y termina con a como siempre escribe mi amigo Felipe cada lunes) es eminentemente... cerebral. Y eso es innegable.

Las neurociencias han llegado a tener una importante influencia en la política y en las elecciones presidenciales. Con el avance de la tecnología y las técnicas de neuroimagen, los científicos han descubierto cómo el cerebro procesa la información política y cómo las emociones influyen en las decisiones políticas. Esto se realiza en varios puntos que analizaremos someramente en este artículo. En primer lugar, se ha demostrado que el cerebro humano tiene una predisposición natural hacia ciertos valores políticos. Por ejemplo, las personas que tienen una mayor actividad en la amígdala, una región cerebral relacionada con la emoción, tienden a ser más conservadoras en su orientación política. Por otro lado, las personas que tienen una mayor actividad en la corteza prefrontal, una región cerebral relacionada con el razonamiento y la toma de decisiones, tienden a ser más liberales. Esto significa que las campañas políticas pueden adaptar su mensaje para apelar a las emociones y valores de su audiencia. Por ejemplo, los políticos conservadores pueden utilizar imágenes de miedo y amenaza para activar la amígdala y convencer a los votantes de que necesitan protegerse de algún peligro. Por otro lado, los políticos liberales pueden utilizar imágenes de igualdad y justicia para activar la corteza prefrontal y convencer a los votantes de que necesitan apoyar políticas que fomenten la justicia social. Increible pero cierto.

Además de lo dicho, las neurociencias también han demostrado que la forma en que se presenta la información política puede influir en la forma en que se toman las decisiones. Por ejemplo, los políticos pueden utilizar técnicas de persuasión, como la repetición y la simplificación, para activar el sistema de atención del cerebro y hacer que la información sea más fácil de procesar. También pueden utilizar técnicas de priming, como la exposición a ciertas palabras o imágenes antes de presentar una propuesta, para influir en la forma en que se interpreta la información. Esto lo vemos ahora mismo en las diferentes técnicas de campaña de los candidatos presidenciales, aunque algunos "se sale de la norma" y apelan a la emoción descontrolada mediada por el ataque. Pero bueno, son estrategias cuestionables, pero estrategias al fin.

Por último, las neurociencias también pueden ser útiles para comprender la forma en que las emociones influyen en el comportamiento político. Por ejemplo, la ansiedad y el miedo pueden hacer que las personas sean más propensas a apoyar políticas conservadoras y autoritarias, mientras que la empatía y la compasión pueden hacer que las personas sean más propensas a apoyar políticas liberales y de justicia social. En conclusión, las neurociencias tienen un papel cada vez más importante en la política y en las elecciones presidenciales. Los políticos pueden utilizar la comprensión de cómo el cerebro procesa la información política para adaptar su mensaje y persuadir a los votantes... que lo hagan ya es "arena de otro costado" como decía un vernáculo filósofo emanado de la cuna política hace unas décadas. Además, y no menos importante en los papeles, aunque siempre ignotada en la realidad, la comprensión de cómo las emociones influyen en el comportamiento político puede ayudar a los políticos a crear políticas que sean más efectivas para sus electores. 

Es importante seguir investigando en este campo para entender mejor cómo funciona el cerebro en el contexto político y cómo se pueden utilizar estos conocimientos para mejorar la toma de decisiones políticas. Y que, por fin, la política se entienda como un verdadero asunto DE LA CABEZA. Nos vemos en una semana.

LO QUE SUCEDE EN EL CEREBRO CUANDO DAMOS UNA BUENA CLASE

  Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todo...