miércoles, 7 de septiembre de 2022

COMO REGENERAR NEURONAS... CON EL SEXO...!!!

Artículo correspondiente a la columna semanal DE LA CABEZA del Diario La Nación del sábado 20 de agosto de 2022. Todos los derechos reservados. 

En mis épocas de Facultad, decir que en el adulto se producían neuronas de nuevo era una herejía que culminaba con la hoguera del aplazo y el escarnio público a cargo del docente que escuchase esa infamia intelectual neurocientífica de los 90 del siglo pasado. Uno venía "de fábrica" con las neuronas que traía y debía llegar al final de su vida con las que podía, ni hablar de que "en el camino" se agreguen más. Bueno, como todo en Neurociencias, eso cambió (el cambio es lo único que no cambia en esta disciplina donde lo que ayer fue no es hoy y lo de hoy ya no lo será mañana): hoy sabemos que el ser humano adulto tiene zonas del cerebro donde se producen neuronas nuevas que, generalmente, son destinadas a formar nuevos circuitos en el entramado neuronal de nuestro órgano rey, principalmente para que, por esas nuevas conexiones, se formen nuevos recuerdos o aprendizajes que, de esa manera, van adquiriendo su lugar físico (y funcional) en el cerebro adulto. 

Dicho esto, debemos saber ¿cómo hacemos para formar nuevas neuronas? Entre 1300 y 2000 neuronas nuevas se producen cada día, y el cerebro tiene mecanismos para ser ayudado en esa tarea: el ejercicio aeróbico, los antioxidantes incluidos en la dieta, dejar el tabaco y el alcohol en exceso, controlar el estrés y mantener el cerebro siempre activo. Pero existe una manera más agradable de generar neuronas diariamente y esa es... el sexo. Y está demostrado científicamente: un estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Maryland desvela que la experiencia sexual restaura el declive que se produce con la edad en la neurogénesis y cuya disminución está relacionada con un deterioro del hipocampo, un órgano relacionado con la memoria y la adquisición de nuevos conocimientos, lo cual en proyección de patologías se relaciona con entidades como el Alzheimer. Lo que este estudio consiguió demostrar era precisamente que una experiencia gratificante como la práctica sexual puede estimular la producción de nuevas neuronas. El estudio se realizó con ratas adultas jóvenes para ver si se producían efectos en la neurogénesis y la función del hipocampo una vez se convertían en mayores y el resultado fue claramente positivo. Y lo curioso es que, para que la función cognitiva mejorase, no sólo se necesitaba la presencia de nuevas neuronas sino que la actividad sexual fuera prolongada. Es decir, si la experiencia sexual paraba, también lo hacía la mejora del sistema cognitivo. La actividad sexual continua y sostenida se relaciona con un mejor rendimiento en determinadas funciones cognitivas como la memoria y funciones ejecutivas. Esto se debería a la influencia en el sistema nervioso central de hormonas sexuales como la testosterona o la oxitocina y la alteración de diversos neurotransmisores (por ejemplo la relación de la dopamina y la actividad sexual).

Hoy en día sabemos que el estrés afecta negativamente al cerebro. Si estamos estresados nos volvemos irritables, dormimos mal, nos falla la memoria y el razonamiento, estamos "más lentos" de cabeza, nos volvemos hostiles, etcétera. Todo esto es reflejo de lo que pasa a nivel celular y molecular en nuestro organismo en general, y en nuestro cerebro en particular. El estrés y su efecto molecular, el incremento de los niveles de corticosterona, provocan la atrofia de las dendritas neuronales, suprimen la proliferación celular y reducen drásticamente la formación de nuevas neuronas en el adulto. Cuando es crónico, es estrés puede acabar provocando un trastorno de ansiedad, lo que afecta al hipocampo, alterando negativamente el aprendizaje y la memoria. Es ahí donde la experiencia sexual tiene un efecto ansiolítico temporal que además induce la proliferación neuronal en el adulto. El tener una vida sexual activa, es decir, una experiencia sexual crónica, induce la neurogénesis en el cerebro adulto, y también incrementa el número de conexiones entre las neuronas y el aumento de complejidad de las mismas. Este efecto beneficioso para el cerebro se produce aún a pesar de que el organismo se encuentra bajo condiciones de estrés, por lo que la experiencia sexual continuada y estable no solo "tapa" los efectos negativos del estrés, sino que induce efectos beneficiosos a largo plazo como la proliferación neuronal y la formación de nuevas, más numerosas y más complejas conexiones entre las neuronas, lo que se acaba reflejando en una reducción de la ansiedad y sus derivados comportamentales, y un mejor aprendizaje y memoria. 

Así que ya sabemos: para estar DE LA CABEZA con nuevas neuronas, generemos neuronas cada vez que podamos. Usted ya me entiende, querido lector. Nos vemos en siete días.


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