Artículo correspondiente a la columna dominical DE LA CABEZA del Diario La Nación correspondiente al domingo 10 de setiembre de 2023. Todos los derechos reservados.
Siempre me gusta comparar al inicio de un nuevo grupo de enseñanza con un bloque de piedra sin trabajar, del cual debo intentar sacar la mejor obra escultórica que pudiese, Dentro de ese bloque sin formas está escondida la imagen de un Moisés o un David, y depende de mí y nadie más el poder sacar de esa piedra la obra oculta con mucho trabajo y dedicación. Eso es, en síntesis poética, el enseñar a cualquier alumno en cualquier nivel de la docencia. Y para eso, es imperioso dar buenas clases, buenas sesiones de orientación, donde paso de ser transmisor de conocimientos a gestor de los mismos, determinando que es pertinente, correcto y necesario para que el alumno pueda desarrollar capacidades. Una verdadera reformulación de la labor del docente.
Cuando un estudiante recibe una buena clase y realmente aprende, ocurren diversos procesos en su cerebro que contribuyen a la percepción de estímulos, la incorporación de conocimientos a la memoria, la activación de la neuroplasticidad y la consolidación de lo aprendido durante el sueño. El cerebro del estudiante se encuentra constantemente procesando información de su entorno. Durante una clase, los estímulos sensoriales, como las palabras del profesor, las imágenes visuales o los sonidos, son procesados por diferentes regiones del cerebro. Las áreas sensoriales, como la corteza visual y auditiva, se activan para procesar esta información y enviarla a otras áreas involucradas en el aprendizaje y la memoria. Cuando el estudiante recibe información nueva, su cerebro trabaja para procesarla y almacenarla en la memoria a largo plazo. Las regiones clave en este proceso son el hipocampo y la corteza cerebral. El hipocampo ayuda a consolidar los recuerdos a corto plazo en memoria a largo plazo, mientras que la corteza cerebral almacena y organiza la información de manera más permanente. La atención y la concentración también juegan un papel importante en este proceso, ya que ayudan al estudiante a enfocarse en la información relevante y descartar distracciones.